¿Puedes imaginar cómo podría ser un etnostado digital blanco o un califato cibernético? Habiendo pasado la mayor parte de mi carrera dentro de movimientos extremistas en línea, ciertamente puedo. El año 2024 podría ser el momento en que los neonazis, yihadistas y teóricos de la conspiración conviertan sus visiones utópicas de crear sus propios estados autogobernados en realidad, no de manera offline, sino en forma de Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAOs).
Las DAOs son entidades digitales que se gestionan de manera colaborativa sin liderazgo central y operan con base en blockchain. Permiten a los usuarios de internet establecer sus propias estructuras organizativas, que ya no requieren la intervención de un tercero en transacciones financieras y en la creación de normas. El Foro Económico Mundial describió las DAOs como “un experimento para reimaginar cómo nos conectamos, colaboramos y creamos”. Sin embargo, al igual que con todas las nuevas tecnologías, también hay un lado oscuro: es probable que den lugar a nuevas amenazas que surgen de la movilización extremista descentralizada.
Hoy en día, ya hay más de 10,000 DAOs que gestionan colectivamente miles de millones de dólares y cuentan con millones de participantes. Hasta ahora, las DAOs han atraído una mezcla salvaje de libertarios, activistas, bromistas y aficionados. La mayoría de las DAOs que he encontrado en mi investigación suenan inocentes y divertidas. Personalmente, mis favoritas incluyen el CaféDAO, que tiene como objetivo “reemplazar Starbucks” (¡buena suerte con eso!); el Doge DAO, que quiere “hacer que el meme de Doge sea la pieza de arte más reconocible del mundo”; y el HairDAO, “un administrador de activos descentralizado que resuelve la pérdida de cabello”. Pero algunas DAOs utilizan un tono más radical. Por ejemplo, el Redacted Club DAO, que está lleno de códigos alt-right y referencias a mitos de conspiración, afirma ser una red secreta con el objetivo de “matar” al “malvado Rey Lagarto Meta”.
El año 2024 podría ser en el que los extremistas comiencen a usar las DAOs de manera estratégica. Políticas, contratos legales y transacciones financieras que tradicionalmente eran dominio de gobiernos, tribunales y bancos pueden ser reemplazadas por contratos inteligentes, tokens no fungibles (NFTs) y criptomonedas. El uso de billeteras de bitcoin anónimas y criptomonedas no transparentes como Monero ya está muy extendido entre extremistas cuyas cuentas bancarias han sido congeladas. Un cambio a formas de autogobierno completamente descentralizadas está a solo un paso.
Más allá de las razones prácticas que animan a los extremistas a crear sus propias estructuras autogestionadas, también existe un incentivo ideológico: su desconfianza fundamental hacia el establecimiento. Si crees que el estado profundo o las “élites judías globales” controlan todo, desde los gobiernos y las Big Tech hasta el sistema bancario global, las DAOs ofrecen una alternativa atractiva. Las conversaciones en plataformas de extrema derecha como BitChute y Odysee revelan que hay un gran apetito por formas alternativas de colaboración, comunicación y crowdfunding descentralizado.
Entonces, ¿qué pasará si los grupos anti-minorías establecen sus propios mundos digitales donde imponen sus propios mecanismos de gobernanza? ¿Cuáles son las consecuencias si los ejércitos de trolling comienzan a cooperar a través de DAOs para lanzar campañas de interferencia electoral? Las actividades de las DAOs extremistas podrían desafiar el estado de derecho, representar una amenaza para los grupos minoritarios y interrumpir instituciones que actualmente se consideran pilares fundamentales de los sistemas democráticos. Otro riesgo es que las DAOs pueden servir como refugios seguros para movimientos extremistas al permitir que los usuarios eludan la regulación gubernamental y las actividades de monitoreo de los servicios de seguridad. También podrían permitir a los extremistas encontrar nuevas formas de recaudar fondos, planificar y tramar campañas de radicalización o incluso ataques. Mientras muchos gobiernos se han enfocado en desarrollar marcos legales para regular la inteligencia artificial, pocos han reconocido siquiera la existencia de las DAOs. Su inminente explotación para propósitos extremistas y criminales es algo que ha pasado desapercibido para los responsables de políticas globales.
El experto en tecnología Carl Miller, quien ha advertido durante mucho tiempo sobre el posible uso indebido de las DAOs, me dijo que “aunque las DAOs se comportan como empresas, no están registradas como entidades legales”. Solo hay algunas excepciones: los estados de EE. UU. de Wyoming, Vermont y Tennessee han aprobado leyes para reconocer legalmente las DAOs. Sin regulaciones en vigor que responsabilicen a las DAOs por actividades extremistas o criminales, la gran pregunta para 2024 será: ¿Cómo podemos asegurar que el metaverso no dé lugar a etnostados digitales blancos o califatos cibernéticos?
Fuente y créditos: www.wired.com
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