Tragedia en Hathras
La tragedia en la localidad de Hathras, en el norte de India, en julio, dejó más de 120 muertos durante una reunión religiosa dirigida por un autodenominado dios. Se cree que más de 250,000 personas asistieron al evento.
La multitud supuestamente comenzó a stampede cuando el equipo de seguridad del dios empujó a los seguidores que se habían arrodillado para recoger el barro por el que el líder religioso había caminado.
El fenómeno de los ‘dioses’ en India
El predicador espiritual Suraj Pal, conocido popularmente como “Bhole Baba” (Anciano Inocente), es solo uno de los miles de “dioses” en India. Anteriormente fue un agente de la policía del estado de Uttar Pradesh. Como predicador, ahora tiene numerosos retiros religiosos en todo el país, conduce automóviles lujosos, cuenta con una fuerza de seguridad privada y tiene entre sus seguidores a la clase política y a personas adineradas.
Pal y otros ascetas hindúes autoproclamados tienen seguidores en todos los estratos de la sociedad, desde personas comunes hasta celebridades. Una gran parte de su dinero proviene de donaciones de sus seguidores, y algunos de los dioses afirman poseer poderes sobrenaturales y conexiones divinas.
Sin embargo, en los últimos años, un número creciente de llamados “gurús espirituales” o “dioses” en India han estado implicados en crímenes que van desde abuso sexual hasta asesinato. La estampida de Hathras, que dejó más de 120 muertos, supuestamente empezó cuando la seguridad de un gurú chocó con los devotos.
Casos de abuso y encarcelamiento
En 2014, las fuerzas de seguridad tuvieron que atravesar una pared con bulldozers para capturar al gurú Rampal Singh Jatin. Se estima que 20,000 tropas tuvieron que lidiar con 10,000 fervientes seguidores de Rampal.
Después de asegurar su enorme “ashram” o morada espiritual, encontraron los cuerpos de cuatro mujeres y un niño de 18 meses enterrados en el lugar. Cuatro años después, fue condenado a cadena perpetua por asesinato.
Luego está el caso de Nityanand, un gurú fugitivo y autoproclamado “dios” que enfrenta cargos de secuestro y violación en India. Asegura haber establecido su propia nación insular llamada “Estados Unidos de Kailasa” hace cuatro años, supuestamente frente a la costa de Ecuador.
Gurmeet Ram Rahim, cabeza de la secta espiritual “Dera Sacha Sauda” en la provincia de Punjab, gozó de un estatus venerable entre los dalits y grupos oprimidos. Hizo titulares en 2017 cuando fue condenado a 20 años de prisión por violar a dos discípulas. Dos años después, fue declarado culpable de dos cargos de asesinato.
Espiritualidad y su influencia
“Millones de personas en las zonas rurales y urbanas de India están buscando un propósito y una causa en sus vidas. Quieren a alguien que satisfaga sus necesidades espirituales y encuentran en esa persona una figura de confianza para formar parte de esa identidad,” comentó la periodista Bhavdeep Kang.
Su libro, “Gurus: Historias de los Babas Líderes de India,” destaca la centralidad del dios en la vida de las personas — como instructor espiritual, confidente familiar y asesor comercial — creando una dependencia que hace que el devoto esté emocionalmente invertido en la pureza y divinidad del gurú.
Según Kang, en muchos casos, las nuevas tecnologías han transformado el asesor genérico de la familia o un “santo” del pueblo en una celebridad de alto perfil. Muchos devotos acuden a ellos en busca de soluciones a problemas que van desde problemas de salud hasta desempleo y esterilidad.
Kang añade que “los de alto perfil tienen dinero y son marcas con una profunda influencia en la política electoral y los mercados. Componen corporaciones y economías enteras”.
Poderes divinos y gestión del dinero
Dhirendra Krishna Shastri, conocido popularmente como Bageshwar Dham Sarkar, es un ejemplo de este fenómeno en el estado central de Madhya Pradesh. Asegura poseer poderes divinos, incluida la curación de los enfermos, pero también insiste en que puede ayudar a las personas a superar problemas comerciales y financieros.
Con poderosos ministros del gobierno y políticos entre sus seguidores, Bageshwar también es un fenómeno en las redes sociales con millones de seguidores. Saltó a la fama nacional después de que un racionalista conocido cuestionara sus afirmaciones de que tenía poderes curativos y podía leer la mente de las personas.
También está el caso de Mata Amritanandamayi, la “santa de los abrazos,” cariñosamente llamada “Amma” por sus seguidores, cuyo trabajo dio origen a una enorme red de organizaciones benéficas, escuelas y refugios en todo el mundo.
La terapeuta espiritual del estado sureño de Kerala no sigue ninguna doctrina religiosa específica. “Mi religión es el amor. Un flujo ininterrumpido de amor fluye de mí hacia todos los seres en el universo,” dijo Amma en una entrevista hace años.
Sus seguidores incluyen doctores, estrellas de rock, magnates y ingenieros de software, muchos de los cuales han abandonado sus anteriores carreras para estar a su servicio.
El desafío del racionalismo
El sociólogo Dipankar Gupta, quien ha estudiado el tema de cerca, señala que los racionalistas obstinados encuentran difícil comprender la fe y la adoración que los gurús y dioses — especialmente aquellos como Bhole Baba — invocan de sus seguidores.
“Los racionalistas cometen un error grave aquí en su razonamiento porque la ciencia no es todo. Se equivocan porque el lente con el que ven el mundo no es bifocal. Solo conocen y ven un solo método,” dijo Gupta.
“Preguntar por qué los creyentes religiosos no son científicos es la pregunta más anticientífica de todas,” añadió Gupta.
Sin embargo, el educador Avijit Pathak ve a estos miembros menos que sagrados de la vasta red religiosa de India como problemáticos y prosperando junto a líderes espirituales genuinos.
“La religiosidad del amor y la compasión ha sido reemplazada por la política de las religiones organizadas y opresivas. La búsqueda meditativa de la fusión de lo finito y lo infinito ha sido reemplazada por las cápsulas de salvación instantánea vendidas por la ostentosa ‘industria espiritual’ del mercado neoliberal,” dijo Pathak.
“La angustia existencial total de los oprimidos ha sido explotada por los manipuladores,” añadió Pathak.
Fuente y créditos: www.dw.com
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