Fortalecimiento de relaciones económicas con China
A medida que Malasia busca impulsar el crecimiento económico, el Primer Ministro Anwar Ibrahim ha estado construyendo lazos más estrechos con China. Esto ocurre en medio de crecientes tensiones comerciales y geopolíticas entre Pekín y Estados Unidos, que también es un socio económico y estratégico cercano de Malasia.
En junio, el Primer Ministro chino Li Qiang visitó Malasia y firmó múltiples acuerdos, incluyendo la renovación de un pacto de cooperación económica y comercial de cinco años. Li y Anwar también asistieron a la ceremonia de inauguración de una estación de tren a lo largo del East Coast Rail Link (ECRL), un proyecto clave de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative, BRI) de China en Malasia.
Malasia es uno de los principales receptores de financiación de la BRI en el sudeste asiático, un esquema global de financiamiento de infraestructura que es un pilar de la política exterior de Pekín. La visita de Li también marcó el 50.º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Malasia. Ambos países tienen otros acuerdos vigentes, incluyendo la promoción de inversiones en la economía digital, el impulso del desarrollo urbano y habitacional, y compromisos para abordar el crimen transnacional, mejorar la educación superior, el turismo y la cooperación cultural. Desde 2009, China ha sido el principal socio comercial de Malasia.
Interés de Malasia en el bloque BRICS
Malasia también expresó recientemente su interés en unirse al bloque BRICS de economías de mercados emergentes, con China como uno de los miembros fundamentales, junto con Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. Ian Chong, un científico político en Singapur, comentó que “hoy, un aspecto clave de la relación parece ser económico. La administración Anwar parece ver a China como una gran oportunidad de mercado y fuente de inversión”.
Manejo de tensiones geopolíticas en el Mar del Sur de China
A medida que Anwar refuerza los lazos económicos con China, Malasia también ha buscado una gestión más discreta de las tensiones geopolíticas en el Mar del Sur de China. China reclama casi la totalidad de este mar, a pesar de un fallo de un tribunal internacional en 2016 que dictaminó que tales reclamaciones no tenían base legal.
Los países filipinos, que iniciaron el caso legal en La Haya, han estado en conflicto con China por las reclamaciones marítimas en competencia. Barcos de la guardia costera china, algunos de los cuales son del tamaño de destructores navales, acosan con frecuencia a embarcaciones filipinas mucho más pequeñas cerca de bancos de arena en disputa. Vietnam, Brunéi y Taiwán también disputan las amplias reclamaciones de Pekín, y Malasia también lo hace. En 2019, bajo un gobierno anterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Malasia calificó las reclamaciones de Pekín como “ridículas”. Sin embargo, el gobierno actual ha sido menos vocal sobre el Mar del Sur de China.
Chong añadió que “quizás la administración Anwar ve a China como un medio para impulsar la economía malaya hacia adelante, o quizás es reacia a un posible castigo de Pekín si este se molesta con Malasia”. Esto a pesar de los informes de que los barcos de la guardia costera y la marina china han estado merodeando en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Malasia cerca de Luconia Shoal, también llamada Batu Patinggi Ali, ubicada a 100 kilómetros de la costa del estado malayo de Sarawak.
Expectativas de inversión china en Malasia
Zachary Abuza, profesor en el National War College de Washington enfocado en el sudeste asiático, expresó que espera más inversiones chinas en Malasia. “Mientras que las relaciones bilaterales tuvieron un breve declive con el gobierno del ex Primer Ministro Mahathir Mohammed tras las elecciones generales de 2018 que destituyeron al Primer Ministro Najib Razak, han regresado a sus relaciones tradicionalmente cercanas bajo Anwar Ibrahim”, comentó.
Además, agregó que “anticipamos una inversión significativa de China en la industria de semiconductores de Malasia, principalmente para evadir sanciones occidentales”.
Tensiones entre EE. UU. y China en el trasfondo
En 2022, Estados Unidos impuso controles de exportación sobre chips semiconductores avanzados de fabricantes estadounidenses a China, en parte para obstaculizar la capacidad de Pekín de producir sistemas militares de alta tecnología. Esto plantea preguntas sobre si las exportaciones de semiconductores de Malasia a China podrían afectar las relaciones entre EE. UU. y Malasia.
Los Estados Unidos también son uno de los principales socios comerciales de Malasia y ambos países han disfrutado de relaciones de seguridad y económicas de larga data, después de que se establecieron relaciones diplomáticas hace 67 años. Sin embargo, Abuza afirma que Anwar no está preocupado por ninguna represalia de Washington. “Anwar realmente ha sido irritado por la presión estadounidense y la amenaza de sanciones sobre Malasia si evaden las sanciones de EE. UU. y venden semiconductores a Rusia, Irán y otros países sancionados. Malasia ha dejado claro que tiene la intención de vender a cualquiera”.
A medida que EE. UU. y China presentan visiones competitivas para el orden y la estabilidad en Asia, los países más pequeños de la región están realizando un acto de equilibrio. Países como Tailandia y Vietnam son ejemplos de cómo mantener relaciones positivas sin tomar partido públicamente. Chong concluye que “como muchos otros gobiernos del sudeste asiático, la administración Anwar puede estar apostando a que puede mantener laudos positivos con tanto EE. UU. como China, tener su pastel y comérselo también”. Sin embargo, esto asume que uno o ambos poderes principales continúan aceptando esta posición y no castigan a Malasia por estar demasiado cerca de su rival, ya sea en la realidad o en percepción. “Ese es un riesgo que está fuera del control de Malasia”.
Fuente y créditos: www.dw.com
Cats: World