Líderes de 18 estados miembros y regiones del Foro de Islas del Pacífico (PIF) recientemente concluyeron una cumbre de tres días organizada por el gobierno japonés en Tokio, donde las preocupaciones sobre el cambio climático y la estabilidad regional en Oceanía dominaron la agenda.
Japón organiza una reunión con los líderes del PIF cada tres años, lo que permite a Tokio posicionarse como un socio para la región, que busca apoyo internacional para asegurar una “región del Pacífico Azul pacífica, segura y protegida que contribuya a la paz y la seguridad globales”, según una declaración conjunta.
La declaración pidió a Japón que proporcione un mayor apoyo y cooperación en temas de cambio climático, seguridad marítima y defensa, así como desarrollo económico.
“Japón ha sido proactivo por mucho tiempo al acercarse a las naciones en desarrollo, en particular aquellas en el Pacífico que fueron escenario de grandes destrucciones durante la Segunda Guerra Mundial,” dijo Ryo Hinata-Yamaguchi, profesor asistente de relaciones internacionales en la Universidad de Tokio.
Sin embargo, el surgimiento de China en los últimos años ha llevado a que Beijing intente extender su esfera de influencia en el Pacífico, por ejemplo, a través de proyectos de infraestructura y acuerdos de seguridad.
“China está tratando de aumentar su influencia en la región, lo que va en contra de los llamados de Japón a un Indo-Pacífico libre y abierto,” dijo Hinata-Yamaguchi a DW. “Japón no puede sacar a estos países de los brazos de China, pero puede ofrecer alternativas beneficiosas.”
China construyendo influencia en el Pacífico
Japón, los EE.UU. y otros países de la región quedaron sorprendidos en 2019 cuando el gobierno de las Islas Salomón rompió sus lazos diplomáticos con Taiwán y cambió el reconocimiento diplomático a Beijing.
Como contraparte, China ha financiado la construcción de un nuevo estadio deportivo en el país, junto con instalaciones avanzadas de atención médica, equipos de telefonía móvil, carreteras, puentes y otra infraestructura.
El 17 de julio, Beijing anunció que inyectaría $20 millones adicionales (alrededor de €18.4 millones) en el país y ayudaría a cubrir el costo de expansión de su único aeropuerto internacional.
China y las Islas Salomón también firmaron un pacto de seguridad en 2022. Y aunque los detalles oficiales del acuerdo son secretos, filtraciones han sugerido que incluye una cláusula que permite a China desplegar personal militar en las islas, que los buques de guerra chinos sean reabastecidos localmente y utilizar el país como base para la vigilancia aérea de otras Islas del Pacífico y Australia.
China también ha estado tratando de atraer a Vanuatu, por ejemplo, al donar un palacio presidencial de $31 millones. Hay informes de que el gobierno en Port Vila está considerando permitir que China construya una base militar y instalaciones navales.
El pequeño estado del Pacífico de Nauru también ha cambiado su lealtad de Taiwán, rompiendo relaciones con Taipéi en enero de 2024 y firmando un nuevo pacto diplomático con Beijing la semana siguiente.
Las naciones del Pacífico tienen un significado estratégico para China
“China quiere aumentar su influencia diplomática sobre muchos de los pequeños estados insulares del Pacífico para expandir su propia esfera de influencia,” dijo Hiromi Murakami, profesora de ciencias políticas en el campus de Tokio de la Universidad de Temple.
“Y no importa que estas naciones sean geográficamente muy pequeñas y tengan economías diminutas,” le dijo a DW. “Controlan grandes áreas marítimas en el Pacífico, están estratégicamente ubicadas y romper sus lazos con los EE. UU., Australia, Nueva Zelanda u otros países beneficiaría inmensamente a Beijing.”
La declaración conjunta, evitando cuidadosamente mencionar específicamente a China, hizo un llamado a “la importancia de un orden internacional libre y abierto basado en reglas de acuerdo con el derecho internacional.”
El comunicado también se opuso a “los intentos unilaterales de cambiar el status quo mediante la amenaza o el uso de la fuerza o coacción.”
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió una declaración poco después de que concluyó la cumbre el jueves, diciendo que Japón y otros estados del Pacífico deberían “ayudar a promover la paz, la estabilidad y el desarrollo” en la región en lugar de criticar a China.
El periódico estatal chino Global Times también acusó a Japón de utilizar la cumbre para “atar económicamente” y, al mismo tiempo, “presionar política y militarmente” a los estados del Pacífico para que se alineen con sus deseos.
¿Qué papel puede desempeñar Japón?
Gran parte de los tres días de discusiones se dedicaron a esfuerzos para reducir el impacto del aumento del nivel del mar debido al cambio climático, que muchos estados del Pacífico han llamado la mayor amenaza a su supervivencia.
El Primer Ministro japonés Fumio Kishida dijo que Japón “movilizaría tecnología, conocimientos y recursos financieros” para asistir a las islas en sus esfuerzos por mitigar los efectos.
Los estados miembros también acordaron un plan de acción conjunto bajo el cual los barcos y aviones de las Fuerzas de Autodefensa de Japón realizarán visitas más frecuentes a los estados del Pacífico y aumentarán la formación y la cooperación en defensa.
Varios encuentros bilaterales dieron como resultado asistencia más específica, con Japón acordando proporcionar ayuda en forma de subvención totalizando 5 mil millones de yenes (€29.3 millones/$31.5 millones) para reconstruir el edificio de la terminal del aeropuerto de las Islas Marshall, sumándose EE. UU. con otros 1.2 mil millones de yenes.
Tokio también está donando un barco de investigación pesquera a cada una de las Islas Marshall, Micronesia, Papúa Nueva Guinea y Vanuatu para ayudar a los funcionarios locales a monitorear los recursos pesqueros.
“Japón también desea utilizar su poder blando para ayudar a estos países y ese tipo de acercamiento es mucho mejor que lo que muchos otros gobiernos están haciendo,” dijo Hinata-Yamaguchi.
“Tokio sabe que es mucho mejor dialogar con estos gobiernos que dar la relación por sentada,” agregó.
Sin embargo, Japón aún no se ha comprometido a la Facilidad de Resiliencia del Pacífico, que es un mecanismo de financiamiento liderado por los ministros de finanzas y economía de las islas del Pacífico para atraer donantes internacionales que aseguren las infraestructuras contra el cambio climático.
“Acogemos con beneplácito la indicación de Japón de que está considerando una contribución a la Facilidad de Resiliencia del Pacífico, pero alentamos a Japón a confirmar antes que después,” dijo Mark Brown, primer ministro de las Islas Cook y presidente del foro.
Según la secretaría del PIF, China hizo una promesa de apoyo inicial de $0.5 millones para la facilidad. EE. UU. ha prometido $4.5 millones, Australia $2.8 millones, mientras que Arabia Saudita ha prometido $50 millones.
La Reunión de Líderes de las Islas del Pacífico (PALM) fue lanzada por Japón en 1997 y se ha convertido en la principal herramienta diplomática de Tokio para construir relaciones con los países insulares del Pacífico. Representantes de 18 miembros del Foro de Islas del Pacífico y Japón participan en PALM.
Editado por: Wesley Rahn
Fuente y créditos: www.dw.com
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