Conmemoración del Levantamiento de Varsovia
Este 1 de agosto, al igual que cada año, la capital de Polonia, Varsovia, guardará un minuto de silencio para marcar el comienzo del levantamiento contra la ocupación alemana antes de la retirada nazi hacia el oeste.
A las 5 p.m., hora local, sonarán las sirenas de alarma en recuerdo del 80.º aniversario del Levantamiento de Varsovia, deteniendo la ciudad y a sus habitantes, independientemente de sus opiniones políticas.
El Levantamiento de Varsovia
El Levantamiento de Varsovia comenzó el 1 de agosto de 1944, y los duros combates continuaron durante 63 días antes de que el Ejército Nacional Polaco se viera finalmente obligado a rendirse ante los nazis. Este día simboliza la lucha de Polonia contra el totalitarismo y el dominio extranjero, y su deseo de libertad.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los políticos alemanes fueron considerados no bienvenidos en las ceremonias memoriales anuales. Esto no cambió hasta la caída del Muro de Berlín y el colapso del comunismo en Europa del Este.
El controvertido invitado: Roman Herzog
En 1994, el entonces presidente polaco Lech Walesa invitó a su contraparte alemana, Roman Herzog, presidente de una Alemania recientemente reunificada, a Varsovia para dar un discurso. Fue un movimiento audaz para el antiguo activista laboral.
Herzog había expresado en una ceremonia del 50.º aniversario del Levantamiento de Varsovia: “Nos llena de vergüenza a los alemanes que el nombre de nuestro país y de nuestro pueblo estén eternamente vinculados al dolor y sufrimiento que se infligió a los polacos millones de veces”.
Sin embargo, la visita de Herzog fue controvertida, ya que muchos polacos creían que llegó demasiado pronto. Muchos veteranos polacos que esperaban con Herzog para que comenzara la ceremonia estaban en contra de su presencia en Varsovia.
Los crímenes y la resistencia
Las masacres perpetradas por las fuerzas alemanas en Polonia han dejado profundas heridas en la memoria colectiva polaca. En ese entonces, los líderes nazis estaban dispuestos a usar cualquier medio necesario para recuperar el control de la ciudad de primera línea mientras las tropas soviéticas avanzaban hacia el oeste. En el verano de 1944, los tanques del Ejército Rojo habían llegado a los suburbios orientales de Varsovia.
El movimiento de resistencia subterráneo, el Ejército Nacional (AK), movilizó a decenas de miles de combatientes, aunque solo uno de cada ocho llevaba una pistola. El objetivo del liderazgo del AK, leal al gobierno polaco en el exilio en Londres, era liberar Varsovia de la ocupación alemana antes de que llegara el ejército soviético.
La falta de apoyo para el levantamiento también llevó a su fracaso. Mientras las fuerzas alemanas recapturaban un distrito tras otro, la ayuda del ejército soviético no apareció hasta mediados de septiembre. Se sugiere que el líder soviético Joseph Stalin deliberadamente no acudió en ayuda de los insurgentes polacos.
Consecuencias y relaciones alemano-polacas
El 2 de octubre de 1944, el general polaco Tadeusz Komorowski, apodado Bor, firmó el tratado de capitulación. El Levantamiento de Varsovia terminó con aproximadamente 18,000 insurgentes y 180,000 civiles muertos. Las pérdidas alemanas ascendieron a menos de 2,000 soldados y oficiales muertos. Al menos medio millón de polacos fueron expulsados de la ciudad.
Desde la visita de Herzog hace 30 años, las relaciones alemán-polacas han mejorado considerablemente, aunque ha habido algunos reveses, especialmente bajo el gobierno anterior de Polonia de derecha. Sin embargo, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier no tendrá una tarea fácil al hablar en la Plaza Krasinski.
La cuestión de las reparaciones por las víctimas del Tercer Reich aún pesa en las relaciones entre Alemania y Polonia, con los supervivientes polacos de los crímenes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, así como sus familias, buscando compromisos financieros concretos.
Fuente y créditos: www.dw.com
Cats: World