La apuesta de la NFL en Brasil depende de cultivar un paisaje futbolístico inexplorado y capitalizar una pasión de nicho.
SAO PAULO — Thiago Souza emerge de las barricadas como un hombre que está haciendo historia. Una fila en fila india espiral en el centro comercial Ibirapuera y se derrama hacia la calle. Cientos observan cómo el hombre al que llaman “Curitiba”, el tipo de la mochila gigante, gafas y ropa de los Green Bay…