Mejoras en los audífonos CRE-C20 de Sony
Los audífonos intraaurales CRE-C10 de Sony son impresionantes en todos los aspectos, excepto en uno: los pequeños dispositivos requieren baterías reemplazables en lugar de una batería integrada y recargable. Aunque algunas personas pueden apreciar las baterías reemplazables debido a su mayor duración, he escuchado quejas al respecto. Actualmente, la mayoría de la gente parece inclinarse hacia audífonos que no requieren lidiar con pequeñas baterías cada semana, y que tampoco provoquen preocupaciones sobre si el perro tragará la celda gastada.
Diseño y funcionalidad
Con sus nuevos audífonos CRE-C20, Sony corrige este problema con estilo: los nuevos audífonos se parecen casi idénticos a los premiados C10, pero la tapa para la batería reemplazable ha sido reemplazada por un pequeño contacto que permite que su celda interna se recargue en su nuevo estuche. Cuando digo que no ha cambiado nada más en la apariencia y sensación de los audífonos C20, lo digo en serio. Para el ojo inexperto, casi son imposibles de diferenciar de sus predecesores y aún se mimetizan increíblemente bien en el conducto auditivo debido a su pequeño tamaño. El peso de cada audífono se mantiene en 1.34 gramos.
Rendimiento y configuración personalizada
Para mejor o para peor, poco ha cambiado internamente. Sony destaca una de las mejoras más grandes como la adición de seis configuraciones auditivas en lugar de cuatro como en los C10. Sin embargo, estas no son programas ambientales, sino configuraciones de ajuste de frecuencia preconfiguradas para trabajar con los audiogramas más comunes. No se puede seleccionar manualmente una de estas configuraciones de audición. Las configuraciones se eligen solo después de realizar la prueba auditiva en la app de Sony, y el usuario no sabe cuál obtendrá. Una versión modestamente actualizada de la app de Control de Audición de Sony te guía a través de un procedimiento de configuración detallado que envía señales a cada oído; el usuario cuenta cuántas señales se escuchan en cada ronda. Después de aproximadamente 10 minutos, la app elige la configuración auditiva que considera mejor para tu estilo particular de pérdida auditiva.
Si la configuración asignada no funciona, puedes volver a realizar la prueba o experimentar con la función de ajuste fino de Sony, que te permite registrar una queja y luego esperar a que se entregue una solución a los audífonos. Hay un control de volumen y una opción de “balance de sonido” que te permite elegir entre “más agudo” y “menos agudo”, que es eficaz para ajustar la forma en que ciertos consonantes llegan a tus oídos. También se ofrece soporte profesional gratuito antes o después de la compra. Todo es efectivo, pero en gran medida similar a lo anterior.
Falta de conectividad Bluetooth
La conclusión es que, en comparación con los C10, dudo que la mayoría de los usuarios noten alguna diferencia en la calidad de sonido. Que los C20 sigan sonando bien no es sorprendente: la tecnología de procesamiento subyacente, creada por WS Audiology, no ha cambiado fundamentalmente. Al igual que los C10, estos audífonos no cuentan con funciones Bluetooth. Se conectan a tu teléfono a través de señales ultrasónicas de alta frecuencia, ya sea durante la configuración o haciendo algo tan simple como cambiar el volumen. (Tampoco hay controles en el dispositivo.) La app ni siquiera puede decirte la duración de la batería restante en los audífonos: pulsas un botón en la app y esperas a que se envíen señales a cada oído. Cuantas más señales, más energía queda. Aunque tuve algunos inconvenientes para que todo esto funcionara cuando probé los audífonos C10, los C20 se configuraron sin inconvenientes—aunque nuevamente, el proceso es bastante lento debido al intercambio ultrasónico.
La falta de Bluetooth hace que el uso sea rudimentario, y significa que no puedes transmitir medios ni recibir llamadas a través de los audífonos, pero mantiene el hardware pequeño y esbelto. Como con los audífonos C10, los C20 son cómodos para un uso prolongado, tanto físicamente como auditivamente. Una vez ajustados adecuadamente, me ofrecieron un apoyo casi perfecto para mi pérdida auditiva leve, prácticamente sin ruidos de fondo. Rara vez necesitaba ajustar el volumen, excepto en entornos más ruidosos. Nuevamente, no hay configuraciones ambientales que compensen cosas como multitudes o ruido del viento, pero encontré que el protocolo general funcionaba bien en todos lados.
Fuente y créditos: www.wired.com
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