Los ocho candidatos que se postularon a la presidencia de Venezuela al margen del chavismo y de la oposición probablemente tendrán una participación discreta en la política nacional debido a la baja votación obtenida este domingo y las dudas sobre el resultado por parte de las fuerzas contrarias al gobierno y varios gobiernos de la región, según analistas.
Según el boletín del Consejo Nacional Electoral, el presidente Nicolás Maduro fue reelecto con 51,2 % de los votos emitidos este domingo, venciendo al abanderado de la oposición, Edmundo González Urrutia (44,2 %). Después, sin individualizar los resultados, el organismo indicó que el resto de los candidatos, 8 en total, había obtenido 4,6 % de la votación, poco más de 462.000 votos, según el 80 % de las actas escrutadas.
La mayoría de los candidatos alternativos a la presidencia eran considerados “sospechosos habituales” por algunos sectores de la oposición, que los acusaban de restarle votos a la Plataforma Unitaria en beneficio del chavismo. Parte de estos reclamos se centraron en el humorista y empresario Benjamín Rausseo, quien se había retirado de la contienda, afirmando que no quería ser el candidato de una sola parcialidad.
Esa decisión coincidió con su caída en las encuestas, donde se preveía que rondaría los dos puntos porcentuales en un escenario polarizado. Este domingo, Rausseo reconoció en un video en sus redes sociales “el veredicto del árbitro” y llamó a “pasar la página” hacia una “Venezuela reconciliada”.
Antonio Ecarri y Javier Bertucci compartían las siguientes posiciones en las encuestas. Ecarri, un abogado ligado a un proyecto educativo, y Bertucci, diputado por el Partido El Cambio, eran acusados de negociar con el gobierno de Maduro. Las intenciones de voto para el resto de los candidatos se estancaron cerca de un solo punto, un presagio que se confirmó con el boletín oficial del CNE, que no desglosa los resultados por candidato.
Entre los candidatos también se encuentran los dirigentes de partidos opositores intervenidos por sentencia judicial, como Luis Eduardo Martínez y José Brito, este último apoyó los resultados. Otro de los aspirantes, Daniel Ceballos, exalcalde de San Cristóbal, decidió hacer su propia campaña sin éxito.
El politólogo Víctor Maldonado estima que la aparición de una “opción distinta” se truncó por la presentación de candidaturas “teledirigidas” que buscaban debilitar el apoyo a la oposición. Él señala que estas candidaturas no lograron representar una alternativa a la polarización existente, ya que no demostraron un liderazgo creíble.
Asimismo, Enrique Márquez, otro de los candidatos, se mantuvo en la contienda como plan B opositor. Fue electo diputado en 2015 y criticó abiertamente la gestión de Maduro durante su campaña.
La mayoría de los votantes consideran que Rausseo, Ecarri, Ceballos, Brito y otros candidatos forman parte de un grupo que “sucumbió a la presión del oficialismo”. Las dudas internacionales sobre los resultados también impactan en su imagen, viéndolo como un “suicidio político” en este clima polarizado.
El presidente Maduro anunció la firma de un decreto para convocar a un “gran diálogo nacional”, aunque se descarta la participación de la oposición que clamó “fraude”. La cuestión queda en si este grupo de candidatos con escasos votos estará presente en futuras negociaciones.
La “tercera vía” no se vislumbra en Venezuela debido a la polarización, según el politólogo Leandro Rodríguez Linárez. Considera que la política interna se enfrenta entre el chavismo y “la verdadera oposición”, y que los partidos de esta rama muy difícilmente tendrán un impacto significativo en la vida política en el corto o medio plazo.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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