Consejos eficaces para quitar el polvo
No creo en ese adagio de “si no está roto, no lo arregles”. Solo porque algo funcione no significa que no pueda ser mejorado de alguna manera. Por ejemplo: Sí, sabes cómo quitar el polvo en tu casa. Pero, ¿es rápido? ¿Es tan eficiente como podría ser? ¿O es una tarea molesta que pospones hasta que las cosas llegan a un punto incómodamente sucio?
Usa una funda de almohada para quitar el polvo de tu ventilador de techo
Esto es lo que considero un “hack clásico”. Es probado y confiable. Para usar una funda de almohada para quitar el polvo de tu ventilador de techo (que es, sin duda, una de las cosas más importantes para limpiar), apaga el ventilador, luego desliza la funda de almohada sobre una de las aspas. Ajusta tu agarre alrededor de la apertura y tira hacia ti. De este modo, rasparás toda la suciedad y el polvo dentro de la funda de almohada, en lugar de dejar que caiga al suelo, donde luego tendrías que aspirarlo. ¡Así puedes limpiar todas las aspas y luego meter la funda en la lavadora!
Usa un pincel para quitar el polvo
Este consejo proviene de Clean Snob, una experta en limpieza de redes sociales, que sugiere usar un pincel para quitar el polvo en espacios pequeños, superficies texturizadas y lugares difíciles como rejillas de ventilación. Las cerdas son robustas y flexibles, lo que les permite entrar en rincones y espacios diminutos, y sacar la suciedad. Solo usa el mismo movimiento que usarías si estuvieras pintando, moviendo el pincel hacia adelante y hacia atrás para desalojar cualquier residuo.
Intenta usar pinzas para quitar el polvo de tus persianas
Oh, ¿no quieres meter un trapo o un plumero entre cada lamas de tus persianas? Totalmente comprensible. Hay una forma mucho más fácil de quitar el polvo: toma un par de pinzas de cocina y sujeta un calcetín o un trapo de microfibra a cada uno de los extremos con una liga. Luego, cierra las pinzas sobre una persiana, desliza las pinzas a lo largo y repite hasta que termines, sacudiendo el polvo de vez en cuando o cambiando los calcetines o trapos. También puedes adjuntar toallitas de secadora a las pinzas, o simplemente usar las toallitas de secadora para quitar el polvo en general. Al igual que los plumones listos en el mercado, vienen con una pequeña carga electrostática, lo que les permite atrapar el polvo rápida y fácilmente. ¡Cuanto más sabes!
Repeler el polvo desde el principio
Por lo general, cuando pospones la limpieza del polvo durante un tiempo, este se acumula y forma un gran desastre. ¿Qué pasaría si pudieras espaciar las sesiones de limpieza del polvo y no tener un gran desorden? Intenta hacer una solución repelente de polvo. Mezcla dos tazas de agua, una taza de vinagre, dos cucharadas de aceite de oliva y una o dos gotas de jabón para platos, ponlo en una botella de spray y rocía tus superficies propensas al polvo y límpialas con la mezcla. Esto ayudará a repeler el polvo, pero no para siempre; puedes contar con vivir una semana o dos sin polvo.
Consejos para eliminar el polvo de manera eficiente
En general, no importa qué estés limpiando o con qué frecuencia, deberías trabajar de arriba hacia abajo. Limpia primero las esquinas superiores del techo antes de limpiar el ventilador, luego el ventilador antes de las partes superiores de tus estanterías y muebles, y tus estanterías y muebles antes de tus zócalos. Lo último que quieres es que el polvo caiga desde arriba y se posicione sobre algo que ya has limpiado, obligándote a limpiarlo de nuevo. Trabajar de arriba hacia abajo significa que todo el polvo, eventualmente, terminará en el nivel del suelo, así que puedes hacer una gran sesión de aspirado al terminar y dar por concluido el día. Además, aunque un paño de microfibra húmedo atrapa mucha suciedad en tus superficies, no querrás usar uno exclusivamente. Terminarás teniendo que cambiarlo o enjuagarlo demasiado a menudo a medida que se acumule el polvo. En su lugar, usa una herramienta para quitar el polvo, como el Swiffer Duster Heavy Duty, para atrapar los trozos más grandes de polvo antes de pasar un paño húmedo posteriormente.
Fuente y créditos: lifehacker.com
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