BARCELONA — La policía lanzó el jueves un operativo de búsqueda en Barcelona para localizar al expresidente prófugo Carles Puigdemont, un firme defensor de la independencia de Cataluña que regresó sorpresivamente a España y desapareció tras un discurso en la ciudad, presuntamente con la colaboración de policías regionales.
Los acontecimientos suceden casi siete años después de que Puigdemont huyera de España tras un intento de secesión fallido y con una orden de detención en su contra. El político de 61 años había anunciado su intención de estar en España el mismo día en que el parlamento catalán debía investir al nuevo presidente. Desde su huida a Bélgica en 2017, no se conocía su lugar de residencia.
Puigdemont mantuvo en secreto sus planes de viaje antes de dirigirse a Barcelona, donde pronunció un discurso ante miles de seguidores, bajo la vigilancia de la policía, que no intentó arrestarlo. Después de su discurso, se retiró rápidamente en un automóvil que lo estaba esperando.
La policía catalana ha arrestado a dos de sus agentes por su supuesta colaboración en la huida de Puigdemont, ya que se sospecha que utilizó el vehículo particular de uno de los agentes detenidos. Tres horas después de su desaparición, los Mossos d’Esquadra levantaron temporalmente los controles de tráfico, que luego fueron reactivados.
Tras perder el rastro de Puigdemont, publicó en Instagram un video de su discurso matutino con el mensaje “¡Seguimos aquí! ¡Viva Cataluña libre!”. Inicialmente, la policía no ejecutó la orden de arresto por temor a provocar desórdenes públicos e intentó detener su vehículo sin éxito.
Los Mossos d’Esquadra operan de manera independiente a la Policía Nacional española. En 2017, durante el referendo, el gobierno español investigó a la institución por no impedir la votación, pero todos los implicados fueron exonerados.
Mientras, las autoridades habían establecido un cordón policial cerca del Parlamento, ya que se esperaba que Puigdemont asistiera tras su discurso. La policía también revisó los vehículos con destino a Francia en un esfuerzo por localizar al expresidente, lo que causó enormes atascos en una ciudad de aproximadamente 1,6 millones de habitantes.
Puigdemont enfrenta cargos por malversación relacionados con su papel en la intentona independentista catalana de 2017, siendo clave en la consulta sobre la independencia, que fue declarada ilegal por el gobierno central. Estos eventos provocaron una crisis política en España.
Su aparición en Barcelona y su interacción con la policía atrajo la atención en el día en que se esperaba la toma de posesión del nuevo presidente regional. La policía estableció un perímetro de seguridad alrededor del Parlamento, mientras Puigdemont se dirigía al escenario para su discurso.
En su intervención, Puigdemont, vestido de manera formal, acusó a las autoridades españolas de una “durísima represión” contra el movimiento independentista. Este giro inesperado de los acontecimientos, transmitido en vivo por televisión, generó recriminaciones políticas.
El gobierno central había alcanzado un acuerdo tras meses de bloqueo entre el Partido Socialista Catalán (PSC) y Esquerra Republicana (ERC), lo que aseguraba los votos necesarios para que Salvador Illa se convirtiera en el nuevo presidente regional. En su discurso, Illa hizo un llamado a la reconciliación y al respeto por la ley de amnistía española, prometiendo gobernar para todos los catalanes.
Puigdemont ha dedicado su vida a la lucha por la independencia de Cataluña, enfrentándose frecuentemente a las autoridades. Si es arrestado, podría enfrentarse a prisión preventiva.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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