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    Cómo un campamento de verano busca romper el ciclo de adicción entre generaciones.

    How a summer camp aims to break a cycle of addiction between generations

    Campamento Mariposa: Un apoyo contra la adicción

    El Campamento Mariposa puede parecer un campamento de verano de cuento de hadas, pero los campistas dicen que sus historias están lejos de serlo. El programa nacional, que dura un año, enseña a los niños las herramientas que necesitan para enfrentar la adicción en sus familias. Las actividades tradicionales del campamento se combinan con sesiones de apoyo dirigidas por profesionales capacitados, centrándose en prevenir el uso de drogas y alcohol.

    “Nunca conocí a nadie más que tuviera la misma experiencia que yo antes de venir aquí”, dijo Madison Timmons, una campista de 11 años. Su padre ha luchado contra la adicción. “Recuerdo una vez que apareció en mi escuela y pensé que solo se estaba divirtiendo, pero luego supe que estaba intoxicado. En ese momento, yo estaba en preescolar.”

    Impacto del Programa

    Desde que comenzó en 2007, alrededor de 3,500 campistas han participado en el programa. “Estamos enseñando a los niños no solo qué es la adicción y que es una enfermedad, y cómo las sustancias secuestran realmente el cerebro, sino que también seguimos eso con estrategias de afrontamiento”, comentó Renee Mezér, directora del Campamento Mariposa en los bosques de Pennsylvania.

    Un estudio de seis años encontró que el 94% de los participantes del campamento no se había drogado, según una investigación realizada por el Instituto de Salud Pública y Justicia de LSU. Los niños asisten al Campamento Mariposa entre las edades de 9 y 12, un período clave para comprender y romper el ciclo del trastorno por uso de sustancias, dicen los expertos. Los hijos de un padre con antecedentes de adicción tienen entre cuatro y ocho veces más probabilidades de desarrollar problemas con la adicción, según la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental.

    Historias de Superación

    Jason Strecker, el padre de Madison, dice que actualmente está sobrio de las drogas duras que comenzó a usar a los 12 años. En ocasiones, Strecker dice que su adicción fue lo suficientemente fuerte como para que viniera antes que su hija, cuyo nombre está tatuado en su cuello. Madison dice que se sintió como si hubiera perdido a un padre y que tuvo que crecer demasiado pronto.

    Cuando se le preguntó acerca del impacto en su hija, Strecker dijo: “Fue una experiencia dura, porque no quería que fuera así. Éramos realmente una unidad familiar fuerte, y pensé que iba a poder con ello esta vez, y realmente lo creí, y luego simplemente empecé a usar de nuevo.” La Dra. Barbara Schindler, directora médica de un programa en la Universidad Drexel de Filadelfia para familias que luchan contra la adicción, dice que debe haber un “acceso inmediato al tratamiento” y “una comprensión de todas las cosas que alguien necesita para participar en el tratamiento.”

    Este verano marca el último de Madison como campista, pero planea regresar el año que viene como consejera junior. Mientras tanto, tiene este mensaje para otros que atraviesan luchas similares: “Lo lograrás.”

    Fuente y créditos: www.cbsnews.com

    Cats: CBS Evening News

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