Escasez de combustible en Bolivia
BOLIVIA — El combustible se está convirtiendo en uno de los productos básicos más escasos de Bolivia. Largas filas de vehículos serpentean durante varios kilómetros frente a las estaciones de servicio en todo el país. Algunas de las colas no ceden durante días.
La crisis de combustible que ha afectado a Bolivia durante meses se produjo tras un colapso monetario que estranguló el suministro de dólares del país, perturbando cada vez más la actividad económica y la vida cotidiana de millones de personas.
Protestas y demandas de soluciones
El malestar público ha hecho que multitudes salgan a las calles en las últimas semanas, aumentando la presión sobre el presidente Luis Arce para que alivie el sufrimiento antes de una tensa elección presidencial el próximo año. “Queremos soluciones efectivas ante la escasez de combustible, dólares y del aumento de los precios de los alimentos”, dijo Reinerio Vargas, vicerrector de la universidad estatal Gabriel René Moreno en Santa Cruz.
Manifestantes en La Paz también exigieron atención a la crisis, gritando “¡Todo está caro!” y “¡El pueblo tiene hambre!” durante protestas. La situación se ha complicado, y muchos bolivianos sienten que la imagen de Arce se ha visto afectada por su insistencia en que la crisis de combustible no existe.
Impacto en la economía y la seguridad alimentaria
La escasez de combustible impide que los agricultores lleven sus productos a los centros de distribución. La semana pasada, en La Paz y El Alto, los bolivianos hicieron fila para comprar arroz después de que llegaran envíos retrasados. Klaus Frerking, vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente, advirtió: “Sin diésel, no habrá alimentos para 2025”.
La crisis también se siente en las ciudades, donde los precios de los alimentos han aumentado drasticamente, superando incluso la inflación del país. Ante el aumento de costos, muchos bolivianos están reduciendo su consumo, buscando alimentos más baratos.
Propuestas y futuros desafíos
El gobierno de Arce ha presentado un presupuesto para 2025 con un aumento del gasto que ha suscitado reacciones negativas. Bolivia importa un 86 % del diésel y un 54 % de gasolina que consume y subvenciona los carburantes en al menos un 50 %.
A medida que el partido gobernante se enfrenta a luchas internas, Arce y Morales siguen en el centro de la controversia mientras los bolivianos expresan que la situación económica debería ser abordada con seriedad para evitar más crisis y sufrimiento.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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