Cierre de la COP29 en Bakú
Alrededor de las 3 a.m. del domingo por la mañana, en un pleno vacío, el martillo golpeó para dar por concluida la COP29. Este cierre se produjo al final de un último día convulso en Bakú, Azerbaiyán, y fue recibido con aplausos, aunque rápidamente se desató el descontento. La conferencia, cuyo enfoque principal era acordar un nuevo acuerdo financiero para ayudar a las naciones en desarrollo en sus acciones climáticas, debía concluir el viernes. Sin embargo, las discrepancias entre casi 200 países sobre la cantidad actualizada de financiamiento a proporcionar retrasaron la conclusión por 33 horas. Se esperaba que los países desarrollados se comprometieran a ofrecer más de 1 billón de dólares al año. Sin embargo, para el viernes, las negociaciones no se acercaron a esa cifra.
Día final de negociaciones intensas
El último día adicional se caracterizó por borradores, reuniones y enfrentamientos amargos a puertas cerradas, ya que los negociadores se dividieron del salón principal a habitaciones más pequeñas tras el fracaso en alcanzar un acuerdo. A las 4 p.m. del sábado, la puerta de la sala número 3 se abrió inesperadamente. Una falange de delegados de algunas de las naciones más vulnerables al clima del mundo desfiló ante fotógrafos y reporteros, abandonando las negociaciones en protesta porque no estaban siendo escuchados. Siguieron horas frenéticas de negociaciones adicionales. Tras varios aplazamientos, la presidencia azerbaiyana de la COP, liderada por el ministro de ecología y recursos naturales del país, Mukhtar Babayev, convocó a la asamblea dos veces en la noche. Finalmente, se aprobó un acuerdo sobre financiamiento climático, pero solo por una fracción de lo que se había esperado.
Detalles del Acuerdo
El texto requiere que los países desarrollados aporten 300 mil millones de dólares al año en financiamiento climático para naciones en desarrollo para 2035. El objetivo inicial, más ambicioso, que se presentó en la conferencia—1.3 billones de dólares cada 12 meses para 2035—sigue en el texto, pero no es más que una invitación. La clave, que el documento no resuelve, es de dónde provendrá el dinero. ¿Gobiernos? ¿Financiamiento privado? La vaguedad es intencional. Se espera que se aclare en una hoja de ruta (denominada “Hoja de Ruta de Bakú a Belém hacia 1.3T”) que se está creando de cara a la COP30 del próximo año, que tendrá lugar en Brasil. En resumen, hay un compromiso de aclarar todo en los próximos meses.
La postura de China
Es importante señalar que China, que aún se considera un país en desarrollo bajo los acuerdos de 1992 que rigen la acción climática, no ha visto su estatus cambiado, lo que significa que no está obligada a ayudar con el financiamiento climático. Se le ha pedido desde hace tiempo que contribuya a través del proceso de la COP, en base a su liderazgo en emisiones agregadas y a ser la segunda economía más grande del mundo. Ahora, por primera vez, China hará una contribución voluntaria a través del sistema de la COP, pero esto no resultará en una obligación de hacerlo.
Fuente y créditos: www.wired.com
Cats: Environment