Hoy

    Restaurar la esperanza en las personas a través de los micrófonos

    "Devolverle la esperanza a la gente a través de los micrófonos"

    Transformación de un exguerrillero a periodista

    MESETAS, META, COLOMBIA — Pedro Arias cambió el campamento en medio de la selva por una casa en un modesto pueblo de Mesetas en los llanos de Colombia, cambió el fusil por un micrófono y dejó la clandestinidad por un oficio público. Lo que jamás cambió fue su espíritu periodístico, el que ahora cultiva desde una de las 20 emisoras de paz creadas como parte del histórico pacto firmado entre el gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las FARC en 2016.

    Impacto del Acuerdo de Paz

    Con el Acuerdo de Paz, la vida de Arias dio un giro de 180 grados. El exguerrillero entró como voluntario a las Fuerzas Armadas Revolucionarias en 1999. Allí, fue ‘radista’ -encargado de descifrar mensajes-, paramédico y hasta odontólogo, contó a la Voz de América. En el 2000 llegó a la Voz de la Resistencia, la emisora del grupo guerrillero, donde aprendió a redactar noticias, grabar y editar audios y videos. “Antes le hacíamos la invitación al soldado para que se entregara con su fusil, con su armamento. Hoy en día le decimos al campesino, a través de este micrófono de la Radio Nacional de Colombia, que damos a conocer sus proyectos productivos”, agregó.

    Las emisoras de paz en Colombia

    Como Arias, firmantes de paz, víctimas del conflicto y miembros de la sociedad civil forman parte de las 20 emisoras de paz de Radio Nacional de Colombia, – la cadena de radiofonía pública del país – que nacieron a partir del acuerdo firmado en La Habana y se han establecido paulatinamente en territorios colombianos donde estuvo latente la guerra e incluso en otros donde aún persiste. John Sáenz, líder del equipo de la emisora de paz en Mesetas, dijo a la VOA que, si bien no están “en el país de las maravillas, esto es un punto de inicio para que los diferentes procesos de paz que se quieran adelantar puedan tener éxito y que las comunidades empoderen realmente sus territorios”.

    Visibilidad y reconciliación

    Para Rodríguez, una de las integrantes de estas emisoras, es bastante especial llevar un poco del pequeño territorio a las grandes ciudades a través de la radio, siendo el vehículo de esperanza y pedagogía hacia las regiones más apartadas y violentadas. “Decirle al campesino que usted está aquí y que hace parte del acuerdo… las emisoras de paz están aquí para ser sus amigos o su acompañante en medio de una situación de conflicto”, explicó a la VOA.

    Eduardo Cruz, representante de las Juntas de Acción del Municipio de Mesetas, también indicó que la radio es un medio para ofrecer otra visión sobre el área, golpeada por el conflicto. “A través de ella, a nivel nacional, la gente va quitando ese estigma negativo que tenía de los municipios que sufrimos de alguna manera el conflicto armado”, comentó.

    Los retos por delante

    Según el acuerdo, una vez cumplido dos años del establecimiento de las emisoras de paz, se debe implementar una programación que incluya tres fuentes de participación: 33 % de organizaciones sociales, 33 % para organizaciones de víctimas y 33 % para firmantes de paz. Otro de los principales retos del funcionamiento de las mismas es eliminar la estigmatización y buscar una “transformación social”, pues “se conocían las emisoras de paz como la emisora de la guerrilla”, detalló Sáenz.

    La paz no es solo dejar de disparar un fusil, la paz es encontrar, conocer, compartir las diferentes culturas que tiene el país, que por cierto son muy diversas. Con la ayuda de estas emisoras, los comunicadores están trabajando para construir un futuro mejor y seguir visibilizando las historias de sus comunidades.

    Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com

    Cats: Libertad de prensa,Colombia

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