Harris se negó a practicar los modales antes del debate con Trump: Nuevo informe

Debate

Kamala Harris y su Estrategia para el Debate

Vicepresidenta Kamala Harris supuestamente rechazó ensayar gestos específicos para su reciente debate con el ex presidente Donald Trump, eligiendo confiar en su expresividad natural, según un nuevo reporte de Associated Press. Este informe se basa en entrevistas con cinco personas cercanas a Harris, quienes hablaron bajo condición de anonimato para describir conversaciones privadas y revelar nuevos detalles sobre cómo se preparó y manejó el debate.

Preparaciones para el Debate

El debate presidencial del 10 de septiembre en el National Constitution Center de Filadelfia marcó la primera vez que Harris y Trump se encontraron en persona. También podría ser la única oportunidad para que los votantes vean a los dos candidatos lado a lado, ya que Trump ha afirmado que no participará en futuros debates. El equipo de Harris pasó cinco días preparándose en el centro de Pittsburgh, recreando el set del debate y enlistando a Philippe Reines, un antiguo asistente de Hillary Clinton, para interpretar el papel de Trump. Reines, conocido por sus meticulosas impersonaciones, se vistió con un traje oscuro, corbata roja larga e incluso bronceador naranja para encarnar al ex presidente.

Estrategia de Reacción en Tiempo Real

Una de las decisiones estratégicas clave tomadas por el equipo de Harris fue capitalizar el formato de pantalla dividida, donde ambos candidatos estarían visibles en todo momento. Aprendiendo de la desastrosa actuación en el debate del presidente Joe Biden, donde a menudo parecía desorientado durante el tiempo de habla de Trump, Harris optó por un enfoque más dinámico. Supuestamente utilizó comentarios silenciosos a través de expresiones faciales – riendo, levantando las cejas y adoptando miradas inquisitivas – para reaccionar a las afirmaciones de Trump sin interrumpir.

Esta estrategia resultó efectiva, especialmente durante uno de los momentos más extraños del debate. Menos de una hora antes de que Harris saliera de su hotel en Filadelfia, su equipo de comunicaciones la informó sobre un rumor falso y racista que Trump había estado propagando en redes sociales sobre migrantes haitianos en Springfield, Ohio, supuestamente comiéndose las mascotas de la gente. Fiel a sus predicciones, Trump mencionó esta afirmación infundada durante el debate, diciendo que los migrantes estaban “comiendo perros” y “comiendo gatos”. La respuesta de Harris – una risa, un movimiento de cabeza y una mirada incrédula – se convirtió en uno de los momentos más comentados de la noche.

Impacto en la Opinión Pública

El debate también mostró la capacidad de Harris para pensar rápidamente. Cuando Trump hizo afirmaciones descabelladas sobre haitianos “comiendo mascotas” o ataques personales sobre su herencia, ella respondió con respuestas mesuradas y ocasional burla. Su movimiento inicial de acercarse a Trump para estrecharle la mano marcó el tono de su actuación confiada.

El impacto del debate en las opiniones de los votantes fue claro: una encuesta rápida publicada por CNN inmediatamente después del debate encontró que el 63 por ciento de los espectadores pensaba que Harris había salido victoriosa, frente al 37 por ciento para Trump. Además, Harris vio mejorar sus probabilidades de victoria en noviembre con los principales bookmakers, muchos de los cuales concluyeron que ahora era la favorita.

Una encuesta de Morning Consult de 3,317 votantes probables realizada el 11 de septiembre, un día después del debate, también colocó a Harris adelante con un 50 por ciento contra un 45 por ciento para Trump. La encuesta tenía un margen de error de dos puntos porcentuales. Ipsos encuestó a 1,405 votantes registrados para Reuters entre el 11 y 12 de septiembre, encontrando que Harris tenía una ventaja de 5 puntos con el 47 por ciento de los votos contra el 42 por ciento de Trump. La encuesta tuvo un margen de error del tres por ciento.

El reporte también revela que Harris rara vez dejó su hotel durante las preparaciones para el debate, salvo por un breve viaje a Penzeys Spices y un paseo por la pista de un aeródromo militar con su esposo, Doug Emhoff. Cuando se le preguntó si estaba lista para el debate, Harris les hizo un gesto de aprobación a los reporteros y dijo con simpleza: “listo”. Newsweek contactó a las campañas de Harris y Trump por correo electrónico el domingo para hacer comentarios.

Fuente y créditos: www.newsweek.com

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