VILLEPINTE, Francia (AP) — Casi 17 meses atrás en Nueva Delhi, la boxeadora argelina Imane Khelif fue descalificada de los campeonatos mundiales de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) tres días después de haber ganado un combate temprano contra Azalia Amineva, una prospecto rusa previamente invicta. La descalificación permitió que el récord oficial de Amineva volviera a ser perfecto. La IBA indicó que Khelif y la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting no cumplieron “con los criterios de elegibilidad necesarios requeridos y se encontraron con ventajas competitivas sobre otras competidoras”. El organismo denunció que las boxeadoras no superaron pruebas de elegibilidad no especificadas, lo que provocó una gran controversia sobre las regulaciones de género en el deporte esta semana mientras Khelif y Lin compiten en los Juegos Olímpicos de París.
La decisión de la IBA del año pasado —y su curioso momento, particularmente relacionado con la derrota de Amineva ante Khelif— habría encendido alarmas en el mundo del deporte si más personas se preocuparan por el boxeo aficionado, o incluso supieran más sobre la IBA bajo la presidencia de Umar Kremlev de Rusia. El mundo del boxeo ya ha aprendido a esperar casi cualquier cosa de este organismo regulador dominado por Rusia, que recibió el castigo sin precedentes de ser prohibido permanentemente de los Juegos Olímpicos el año pasado y no ha organizado un torneo olímpico de boxeo desde los Juegos de Río de Janeiro en 2016.
Sin embargo, el mundo no relacionado con el boxeo no conoce en gran medida las décadas de mala gobernanza de la IBA y las acusaciones de falta de transparencia en casi todos los aspectos de sus tratos, especialmente en los últimos años. Muchas personas tomaron las proclamaciones de la IBA sobre Khelif y Lin al pie de la letra, mientras arrastraban el conflicto de elegibilidad a enfrentamientos más amplios sobre la identidad de género. El Comité Olímpico Internacional (COI) tiene décadas de historia complicada con la agotada entidad que anteriormente era conocida como AIBA, y ha rogado exasperadamente a los ajenos al boxeo que presten atención a la única fuente de acusaciones contra Khelif y Lin.
“Estas dos atletas fueron víctimas de una decisión repentina y arbitraria de la IBA”, dijo esta semana el portavoz del COI, Mark Adams. “Tal enfoque es contrario a una buena gobernanza”.
El presidente del COI, Thomas Bach, dijo el sábado que era “totalmente inaceptable” que las dos boxeadoras hayan enfrentado lo que él llamó discursos de odio en una controversia “motivada políticamente”.
La situación se complica aún más ya que casi tres docenas de naciones, incluidas casi todas las principales selecciones de boxeo de Occidente, han tomado la extraordinaria decisión de abandonar la IBA para formar World Boxing, un nuevo organismo regulador, en un último intento por mantener el boxeo en los Juegos Olímpicos de 2028. La caída final de AIBA en los Juegos Olímpicos fue provocada hace aproximadamente seis años cuando eligieron como presidente a Gafur Rakhimov, un empresario uzbeko descrito por el Departamento del Tesoro de EE. UU. como un jefe del crimen organizado.
La IBA cambió su nombre y eligió a Kremlev, un funcionario del boxeo ruso y conocido del presidente ruso Vladimir Putin. Esta elección empeoró las relaciones entre la IBA y secciones de la comunidad del boxeo internacional que no dependen del apoyo financiero del organismo. Kremlev introdujo a Gazprom, controlada por el Estado ruso, como su principal patrocinador y movió gran parte de las operaciones de la IBA a Rusia después de asumir el cargo a fines de 2020.
El COI despojó permanentemente a la IBA de sus credenciales olímpicas y organizó los últimos dos torneos olímpicos de boxeo con un grupo de trabajo. El ex presidente de la IBA, Wu Ching-kuo, quien fue el último en participar en unos Juegos Olímpicos, logró un progreso moderado en la mejora de la reputación de AIBA hasta que su grupo de liderazgo decidió intentar controlar el boxeo en todas sus formas.
Sin embargo, Kremlev ha aprovechado la oportunidad este verano para cuestionar la gobernanza del COI sobre el torneo de boxeo de París mientras aviva el descontento en torno a Khelif y Lin. Kremlev también ha lanzado acusaciones adicionales sobre el género de ambas boxeadoras sin proporcionar pruebas, y personas de todo el mundo han aceptado su palabra.
Es difícil entender la decisión de la IBA de prohibir a Khelif y Lin el año pasado, especialmente porque ambas compitieron en eventos de la IBA durante años sin problemas. Es posible que la decisión se haya tomado según los resultados de pruebas legítimas realizadas durante dos años, como dice la IBA, pero se ha negado a declarar oficialmente qué pruebas se realizaron, cuándo, dónde, quién las evaluó o qué significaron los resultados.
Las federaciones nacionales de boxeo de Argelia y Taipei Chino todavía son miembros de la IBA, que está haciendo un último intento ante el Tribunal Federal Suizo contra su destierro olímpico. El COI ha declarado que el boxeo será eliminado de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 a menos que el deporte se alinee detrás de un nuevo organismo regulador, y World Boxing es la única alternativa obvia. Mientras tanto, Kremlev no intenta hacer las paces con el COI. Anunció planes el mes pasado para pagar más de 3,1 millones de dólares a medallistas y entrenadores olímpicos, aunque la IBA no tiene conexión con muchas de las naciones que ganarán en París.
Esta semana, lanzó una serie de videos subtitulados en inglés en las redes sociales llenos de insultos, diciendo que los Juegos Olímpicos “se queman de pura maldad” y llamando “malévolo” a Bach, instándolo a “renunciar urgentemente”. Kremlev ha terminado algunos de ellos diciendo que está enviando pañales a Bach para que no se ensucie a sí mismo, y luego golpeando la cámara.
Fuente y créditos: www.huffpost.com
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