Por Sarah Smith, Editora de América del Norte, en la convención republicana en Milwaukee
La esquiva esposa de Donald Trump, Melania, ha aparecido en público por primera vez desde que el ex presidente casi fue alcanzado por una bala de un asesino.
Vestida de rojo republicano, caminó sola hacia la Convención Nacional Republicana en Milwaukee acompañada de música clásica, un marcado contraste con los himnos de música country y baladas de rock que hemos estado escuchando toda la semana.
Luciendo brillante y glamorosa, parecía más que estaba desfilando en una pasarela que entrando a una convención política. Parecía tan enigmática y distante como siempre.
Se unió a él en el escenario después de su largo discurso de aceptación, caminando hacia el podio justo antes de que cayeran globos sobre miles de personas en la multitud. Donald Trump la saludó con un abrazo y la pareja se dio un beso en la mejilla.
Luego le tomó la mano y caminó por el escenario mientras otros miembros de su familia los seguían.
Desde que su esposo fue elegido por primera vez en 2016, Melania Trump ha roto todas las reglas de la política presidencial normal estadounidense.
En la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump, ella fue una figura reclusiva en comparación con otras primeras damas, centrándose en un conjunto limitado de intereses. Los archivos nacionales de Estados Unidos la describen como una “embajadora de la bondad” y defensora de temas infantiles.
Y desde que su esposo dejó el cargo, se ha negado a ser vista al lado de su esposo en muchas ocasiones en las que el público esperaría que estuviera presente.
No estaba allí cuando le tomaron la foto de la ficha policial en Atlanta. No estaba allí en Nueva York cuando se convirtió en el primer ex presidente en ser condenado por un crimen. Y no estaba allí cuando ganó oficialmente la nominación presidencial de su partido, por tercera vez, el lunes.
Getty Images“Melania hace lo que Melania quiere”, dijo Mary Jordan, quien escribió “El arte de su trato”, una biografía sobre la ex primera dama. “Ella es ferozmente independiente y no hará algo solo porque otros lo hagan. No siente ninguna obligación de hacerlo”.
Todos estamos acostumbrados al hecho de que no se presenta en muchos de los eventos de Donald Trump, pero el lunes, cuando él entró en la arena aquí en Milwaukee con una bienvenida estruendosa, saludado como un Mesías después de sobrevivir al intento de asesinato, su ausencia se sintió particularmente evidente.
Ciertamente fue notado por los republicanos reunidos aquí, pero eso no significa que no estuvieran emocionados por su aparición, cuando finalmente llegó.
ReutersMelania es la primera dama más enigmática de la historia moderna y rara vez escuchamos lo que piensa.
Una excepción fue la larga declaración que emitió después del tiroteo dirigido a su esposo, que parecía haberlo dictado directamente.
“Un monstruo que reconoció a mi esposo como una máquina política inhumana intentó apagar la pasión de Donald, su risa, ingenio, amor por la música e inspiración”, dijo.
“Los aspectos fundamentales de la vida de mi esposo, su lado humano, fueron sepultados debajo de la máquina política. Donald, el hombre generoso y cariñoso con quien he estado en los mejores y peores momentos”.
Es tradicional en las convenciones de los partidos que la pareja del candidato dé un discurso y cuente anécdotas muy scriptadas sobre la vida familiar.
Getty ImagesEl miércoles por la noche, Usha Vance – la esposa del recién nombrado compañero de fórmula de Trump, JD Vance – hizo precisamente eso. Llamó a su esposo un hombre de “carne y papas”, pero – en un aparente gesto de devoción – dijo que ahora le preparaba comida vegetariana india.
Y aunque el hijo mayor de Donald Trump, Don Jr, el hijo intermedio Eric, la nuera Lara y la nieta Kai han hablado en esta convención, Melania ha declinado la oportunidad de hablar. Claramente no hace nada que no quiera hacer.
Cuando presentó a su esposo en la convención de 2016 cuando se postuló por primera vez para presidente, las cosas salieron horriblemente mal.
Fue criticada por plagiar el discurso que Michelle Obama dio en 2008 cuando presentó a su esposo Barack en la convención demócrata. El escritor del discurso de Melania luego aceptó la culpa.
www.bbc.com
