Críticas a la atención médica tras casos de ‘spiking’
Dos víctimas de ‘spiking’ han criticado la forma en que el personal médico manejó sus casos, alegando que se sintieron “culpadas” por lo sucedido y que se les negaron pruebas. Imogen Turnbow y Saraya Haddad, ambas exalumnas de Brighton, comentaron que no se les realizaron pruebas de drogas en el A&E, que el personal les desanimó a contactar a la policía y que un operador de 111 insinuó que era culpa de Turnbow. El Servicio de Ambulancias de South East Coast, que gestiona el servicio 111 en Sussex y Kent, manifestó que lamentaba conocer estas preocupaciones y que las tomaban “en serio”. En 2022, el Real Colegio de Medicina de Emergencia destacó que la principal responsabilidad del A&E era atender las necesidades médicas de las víctimas, antes que recolectar muestras forenses.
Experiencias traumáticas de las víctimas
Mientras se encontraba en un bar concurrido de Brighton en 2021, Imogen Turnbow relató que pasó “increíblemente rápido” de estar completamente consciente de su entorno a despertarse en un armario. La joven de 24 años dijo que no tenía idea de dónde estaba y que no sentía su pierna. “Me pregunto constantemente qué sucedió, quién estaba conmigo, dónde estaba. No tengo respuestas”. A la mañana siguiente, Turnbow visitó el A&E del Royal Sussex County Hospital, donde le dijeron que no podían hacer nada y que debía llamar al 111. Sin embargo, la línea de no emergencia le indicó que le devolverían la llamada en unas pocas horas, pero no respondieron hasta el día siguiente, según Turnbow.
Estigmas y falta de apoyo
Turnbow se mostró “bastante molesta” al explicar el incidente por teléfono al servicio 111, y afirmó que la enfermera le dijo que “debía estar más atenta al salir”. Consideró que esto fue “culpa total a la víctima”. “Me sentí muy decepcionada con dos servicios que en mi mente deberían apoyarte en situaciones de riesgo. No sabía qué hacer en ese momento y estaba aterrorizada”. Decidió no informar el incidente a la policía. Un portavoz del Servicio de Ambulancias del South East Coast declaró que “tomamos en serio cualquier preocupación y le invitamos a que se comunique con nosotros con los detalles de su llamada para investigar las circunstancias”.
La lucha por la visibilidad
A pesar de su experiencia, Turnbow insta a las víctimas de ‘spiking’ a presentarse. “Si no lo informamos, simplemente se barrerá debajo de la alfombra”, comentó. Stamp Out Spiking, una organización benéfica contra el ‘spiking’, estima que casi el 98% de las víctimas no reportan el crimen. Turnbow explicó que uno de los mayores problemas es el estigma que rodea al ‘spiking’: “O bien las personas no te creen, o se considera que es algo que simplemente sucede”. El ‘spiking’ no es un delito específico, pero es ilegal bajo diversas leyes. El gobierno indica que la principal legislación relevante es la Sección 24 de la Ley de Delitos contra la Persona de 1861, que incluye la administración maliciosa de veneno con el fin de causar daño o molestia, y conlleva una pena máxima de cinco años de prisión.
La experiencia de Saraya Haddad
Saraya Haddad relató a la BBC que fue víctima de ‘spiking’ mientras consumía tres bebidas y una comida en un bar en 2019, justo antes de actuar en una obra de teatro en Brighton. La joven de 27 años dijo que se despertó 13 horas después, sin recordar nada, solo para enterarse de que sus amigos la habían llevado a casa. “Estaba… muy desubicada”. Para demostrar lo que había ocurrido, visitó el A&E del Royal Sussex Hospital al día siguiente, pero quedó “impactada” al enterarse de que se le negaron pruebas de drogas que podrían haberse usado para ‘spikearla’. La Policía Metropolitana indica que puede ser posible detectar si alguien ha sido ‘spikeado’ en los últimos siete días a través de una muestra de orina o sangre, aunque algunas drogas salen del cuerpo en 12 horas o incluso más rápido.
Aumento de la conciencia y educación
La ahora estudiante de doctorado también afirmó que el personal del hospital la desanimó a acudir a la policía, diciendo que era “una pérdida de tiempo” debido al tiempo transcurrido desde el incidente. El Real Colegio de Medicina de Emergencia indica que los departamentos de emergencias deben alentar a las víctimas de ‘spiking’ a contactar a la policía y, donde la víctima da su consentimiento, ayudar a facilitar esto. Después de su experiencia, Haddad decidió no tomar más medidas, pero optó por canalizar el incidente en una obra de teatro en solitario que busca aumentar la conciencia sobre el ‘spiking’, la cual presentó en el festival de Edimburgo. Ella considera que debe haber “mucha más educación” para los jóvenes y está instando a los departamentos de emergencia a realizar pruebas de sustancias relacionadas con el ‘spiking’.
Según la Policía Metropolitana, los síntomas de ‘spiking’ incluyen:
- Confusión
- Náuseas o vómitos
- Alucinaciones y paranoia
- Desorientación o mala coordinación
- Pérdida de la capacidad de comunicarse adecuadamente
- Pérdida de memoria
- Sensación de malestar o vómitos
- Inhibiciones reducidas
- Pérdida de equilibrio
- Inconsciencia
- Problemas de visión
Obtenga más información sobre cómo el ‘spiking’ puede afectarlo y qué hacer si es víctima aquí.
El superintendente adjunto Andrew Harbour de la Policía de Sussex afirmó que la fuerza toma el problema “increíblemente en serio” y que “llevarán a los delincuentes ante la justicia”. Aunque mencionó que el condado había visto una “tendencia a la baja” en los delitos de ‘spiking’, Harbour indicó que algunos incidentes no estaban siendo reportados. Según la fuerza, los dispositivos que contienen la droga spice u otras sustancias ilícitas, así como alimentos e incluso chicles, podrían ser utilizados para ‘spikear’. Un portavoz del NHS Foundation Trust de hospitales universitarios de Sussex declaró que los pacientes son atendidos según los síntomas que presentan, y que el A&E solo puede tratar a una persona si está enferma; no hay pruebas de detección utilizadas de manera rutinaria. Agregaron que dado que ninguna de las dos mujeres recibió tratamiento en el A&E, no harían más comentarios.
Fuente y créditos: www.bbc.com
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