Trump y las negociaciones arancelarias: “No nos tratan bien en Canadá”
Durante la primera semana de la presidencia de Donald Trump, los aranceles, que fueron un tema favorito durante la campaña presidencial del año pasado, parecían estar en un segundo plano. El comercio pasó a ser una cuestión secundaria mientras la nueva administración se centraba en la aplicación de la inmigración, indultos por condenas del asalto al Capitolio, políticas energéticas basadas en combustibles fósiles y una reestructuración de la fuerza laboral federal, entre una serie de nuevas medidas disruptivas.
Sin embargo, todo cambió el pasado fin de semana, cuando Trump anunció aranceles del 25% sobre aliados estadounidenses como Canadá y México, junto con un 10% sobre importaciones chinas. Aunque ha retrasado la imposición de esos aranceles a sus vecinos norteamericanos por un mes, después de que ambos países acordaran nuevas medidas fronterizas, el presidente enfrenta un momento crucial en el que deberá decidir si sus palabras se traducen en acciones.
Trump frecuentemente menciona los déficits comerciales entre los EE. UU. y sus dos vecinos como una fuente clave de su insatisfacción. Si ese es el caso, ningún nuevo sistema de seguridad fronteriza o decomisos de drogas, independientemente de las métricas o demandas específicas, hará que el presidente abandone completamente sus amenazas arancelarias. También ha afirmado que ve los aranceles no solo como una herramienta para lograr objetivos políticos, sino como una fuente permanente de ingresos para EE. UU. y un medio para financiar programas gubernamentales y reducir el déficit presupuestario.
Los mercados financieros globales reaccionaron de manera adversa a esta perspectiva el lunes, dado que EE. UU. parecía estar al borde de iniciar una guerra comercial de múltiples frentes con algunos de sus socios económicos más cercanos. Después de conversaciones con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, Trump decidió pausar los aranceles. Mientras que las nuevas tarifas sobre China ya están en efecto y han provocado medidas de represalia por parte de Pekín, los mercados han considerado esos movimientos como menos disruptivos y de menor alcance.
Por el contrario, si EE. UU. hubiera iniciado una serie creciente de aranceles contra Canadá y México, que representaron más de $1.57 billones en bienes en 2023, el efecto económico global podría haber sido catastrófico. Este posible desarrollo ha sido evitado, al menos por ahora, con Trump y su administración declarando al menos una victoria parcial.
Los detalles sobre lo que Canadá y México concedieron, sin embargo, pintan un panorama más complicado. Canadá aceptó formar una fuerza de tarea conjunta contra el crimen con EE. UU. y designar a un “zar del fentanilo”, pero los pasos concretos que detalló formaban parte de un paquete de seguridad fronteriza que ya había anunciado. México prometió un aumento en la aplicación de la ley contra las drogas y 10,000 tropas para patrullar la frontera entre EE. UU. y México, pero esos números reflejan los despliegues que el país realizó en 2019 y nuevamente en 2021.
En un mes, Trump tendrá que decidir nuevamente si Canadá y México están haciendo lo suficiente para satisfacer sus demandas o si los aranceles retrasados entrarán en vigor. Sin embargo, las cifras concretas que demuestren progreso pueden ser difíciles de obtener. Según las propias medidas de la administración, los funcionarios de inmigración de EE. UU. solo incautaron 43 libras (19.5 kg) de fentanilo y atraparon a 193,540 personas cruzando en la frontera entre EE. UU. y Canadá en 2024. Los números son mucho más altos en la frontera entre EE. UU. y México, pero también han disminuido los cruces indocumentados y las incautaciones de drogas.
Los mercados financieros globales se han calmado considerablemente desde la disrupción provocada por los aranceles del lunes por la mañana. Al parecer, los inversores han concluido que en términos comerciales Trump es más ruido que acción. El presidente puede ser capaz de obtener más concesiones de los líderes canadienses y mexicanos en un mes, pero también podrían concluir que Trump no tiene la voluntad de seguir adelante con sus amenazas. A pesar de los reclamos de éxito, su ruido sobre comercio podría, en última instancia, arrojar rendimientos decrecientes.
En ese punto, el presidente tendría que tomar una decisión. ¿Dejará a un lado sus planes de aranceles más drásticos para siempre? ¿Fueron sus sueños de devolver a EE. UU. a una política comercial de finales del siglo XIX, que él ha descrito como una época dorada del poder económico estadounidense, poco realistas? ¿O continuará con su visión de un nuevo orden comercial global más centrado en EE. UU., a pesar del riesgo de un dolor económico, al menos a corto plazo? Ese momento de reflexión se ha retrasado. Pero está por venir.
Sigue los giros y vueltas del segundo mandato de Trump con el boletín semanal de política estadounidense “US Politics Unspun” del corresponsal de América del Norte, Anthony Zurcher.
Fuente y créditos: www.bbc.com
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