Un Nuevo Capítulo en la Carrera de Steph Houghton
Desde su retiro, parece que hemos visto más a Steph Houghton. No literalmente, aunque su creciente carrera en los medios puede significar que es más visible para los aficionados rivales, pero en un sentido más profundo y humano. Las interacciones de Houghton con los medios siempre fueron cordiales e informativas, pero había más bajo la superficie.
Reflexiones en su Memoria
En los últimos meses, Houghton ha salido de su caparazón para convertirse en una voz más franca y sincera. Esto se refleja aún más en su autobiografía, Leading From The Back: My Journey to the Top of Women’s Football, que se publica esta semana. En ella, Houghton revela su papel como líder fuera del campo, principalmente en sus negociaciones con la Asociación de Fútbol sobre contratos y bonificaciones.
Los Desafíos de la Selección Inglesa
Los equipos de Inglaterra bajo la dirección de Houghton tuvieron mejores condiciones que sus predecesores, pero no disfrutaron del lujo de vuelos directos o en clase empresarial tras la Copa del Mundo en Canadá en 2015, donde ganaron medalla de bronce. Jugaban en la Liga Femenina (WSL) solo cuatro días después. Los capítulos más emotivos del libro se centran en su esposo, el exfutbolista Stephen Darby, y su diagnóstico de enfermedad de neurona motora en 2018, los planes truncados y una jugadora obligada a elegir entre la familia y el fútbol.
Una Voz Vulnerable
Houghton ha admitido que hay vulnerabilidad y malestar al abrirse en este contexto, pero también una especie de catarsis. Ella manifestó en el podcast Crossways que quería que el libro fuera crudo y auténtico. “A veces, la gente solo nos ve como futbolistas, pero hay algo más sucediendo tras las cámaras”, comentó.
Esta situación nos lleva a la reciente entrevista de Houghton con el Guardian sobre el final de su carrera con Inglaterra y la reacción que generó. Aquellos que sintieron que Houghton había hablado fuera de lugar, considerándola privilegiada o resentida, no tardaron en hacérselo saber.
La Verdad Detrás de su Salida
Houghton narró con lágrimas el momento en que recibió la llamada de Sarina Wiegman informándole que dejaría de ser capitana de Inglaterra. A pesar de no tener nada en contra de su sucesora Leah Williamson, estaba destrozada por el final de una etapa que había significado tanto para ella.
La tristeza que experimentó fue más palpable que los rechazos que sufrió, inclusive en relación con su dura experiencia en el Mundial, donde una de sus últimas actuaciones destacadas fue fallar un penalti contra EE. UU. en las semifinales de 2019. Todo esto ha desencadenado emociones complejas en una jugadora cuyo total de 121 partidos internacionales se produjo en un período crítico para el fútbol femenino.
Un Llamado a la Empatía
Últimamente, el fútbol femenino ha parecido sumirse en la idea de que el deporte avanza cuando escuchamos el dolor de las jugadoras. Sin embargo, la reacción hacia Houghton y su dolor ha sido menos comprensiva. Muchos aficionados al fútbol femenino han tratado sus comentarios y el final de su carrera con una falta de respeto y comprensión que sorprende.
No se trata de si se debería haber incluido a Houghton en esos torneos, sino sobre la reacción al dolor que expresó. Como sociedad, debemos permitir que Houghton exprese su experiencia sin juzgar, desestimar o condenar tan rápidamente. El deporte es inherentemente humano, y Houghton merece tener su voz escuchada.
Con el cierre de su brillante carrera y la magnitud de su contribución, se merece ser escuchada.
Fuente y créditos: www.nytimes.com
Cats: