Reunión en París
Sir Keir Starmer fue el primer líder en llegar a esta reunión en París, paseando por la carretera desde la Embajada Británica. Cuando emergió, tras tres horas de discusión, lucía sombrío. Sir Keir, al igual que otros líderes políticos de peso que asistieron al Palacio del Elíseo, sabe que Europa ha sido golpeada y marginada en la última semana por las acciones y la retórica provenientes de Washington.
Objetivos de la reunión
Así que esta reunión, hasta cierto punto, trató sobre la reafirmación de los líderes políticos. Pero cuando hablamos, quedó claro que también se trataba de establecer una línea. No tanto sobre cómo podría ser un acuerdo de paz para Ucrania, sino cómo se implementaría. El primer ministro declaró que estaba preparado para desplegar tropas británicas en el terreno, pero enfatizó que EE. UU. tendría que proporcionar lo que llamó un “respaldo”. No elaboró exactamente lo que esto significaría, pero es evidente que se refiere a que América se comprometa con su poder militar para asegurar el futuro de Ucrania. “Una paz duradera”, como insiste el primer ministro, en lugar de un alto el fuego que, según los líderes europeos, simplemente permitiría a Vladimir Putin reagrupar sus fuerzas y lanzar otra ofensiva.
La posición de Sir Keir
Sir Keir está tratando de mostrar algo de músculo diplomático, adoptando un tono más contundente que, por ejemplo, Olaf Scholz, el que seguramente será el ex canciller de Alemania, al mismo tiempo que promete viajar a Washington la próxima semana para charlar con Donald Trump y luego informar a los líderes europeos.
Es, se sospecha, una rara oportunidad para que Sir Keir asuma un papel de liderazgo en la Europa posterior al Brexit, y es una oportunidad que él quiere aprovechar. Pero el temor más grande para los europeos puede ser que América y Rusia no quieran hablar entre sí solo sobre Ucrania, sino también sobre acuerdos comerciales, acuerdos geopolíticos y posibles repartos de territorio. Si Donald Trump realmente ve el futuro de América en los términos duros de un negociador transaccional, podría tener más en común con Putin que con la mayoría de los líderes europeos. Y eso se vería como un nuevo orden mundial.
Fuente y créditos: news.sky.com
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