Pat Gelsinger se retira abruptamente como CEO de Intel
El lunes, el CEO de Intel, Pat Gelsinger, decidió retirarse de manera abrupta después de menos de cuatro años en el cargo. Esa fue la versión oficial. Sin embargo, en pocas horas, Reuters, Bloomberg y The New York Times informaron que el consejo de administración lo había echado. Hace tres años y medio, Gelsinger anunció un ambicioso plan para recuperar a la empresa de semiconductores en cuatro años, pero ahora se informa que fue despedido antes de poder culminar esta tarea. La situación fue tan repentina que Intel no tiene un sucesor planeado y Gelsinger no permanecerá como asesor. Se ha ido.
La crisis de Intel y su impacto en la seguridad nacional
Intel ha estado en picada durante años. La compañía se perdió la revolución de los smartphones, ha enfrentado problemas de control de calidad con sus chips, perdió clientes como Apple frente a procesadores alternativos, y ahora corre el riesgo de quedarse atrás en el ámbito de la inteligencia artificial. La caída de Intel no es solo una historia empresarial; el gobierno de los Estados Unidos también la considera una cuestión de seguridad nacional. Intel no solo fue el líder mundial en la fabricación de chips de computadora; es una de las pocas empresas que diseña y fabrica estos chips internamente, en lugar de externalizar esta parte a Asia.
Expectativas altas sobre Gelsinger
Desde su inicio, la idea de que Gelsinger tomara las riendas fue recibida con grandes expectativas. Un veterano de Intel que comenzó a trabajar en la empresa a los 18 años y pasó 30 años allí, su carrera estaba muy ligada a la marca. Antes de regresar como CEO en 2021, fue el arquitecto principal del famoso CPU 486 y el primer CTO de Intel. Aunque muchos creyeron en su capacidad para recuperar el liderazgo en tecnología de semiconductores, la compañía ha enfrentado serios retos bajo su mando.
Los objetivos ambiciosos y las dificultades de Gelsinger
Gelsinger tenía un plan claro: invertir en tecnología de litografía extrema ultravioleta (EUV) y capacidades de producción de chips. Sin embargo, a pesar de estar “en camino” para cumplir con su complicado cronograma de cinco nodos en cuatro años, el costo fue abrumador, con recortes de personal significativos y una caída en el valor de la compañía. La moral entre los empleados ha disminuido, y aunque las unidades centrales siguen siendo rentables, los ingresos han declinado. Además, no está claro si Intel está realmente preparada para recuperar el liderazgo en tecnología de silicio.
La salida de Gelsinger y el futuro incierto de Intel
El consejo de administración perdió confianza en Gelsinger, quien había prometido resultados que no se habían materializado rápidamente. La situación financiera de Intel se ha vuelto igualmente crítica, con pérdidas significativas en los trimestres más recientes. La presión de los inversores ha aumentado y se han planteado demandas en relación con las previsiones de resultados de la compañía. La retirada de Gelsinger ha dejado a muchos seguidores de la empresa preguntándose por su futuro: si Intel podrá recuperarse de esta crisis y mantenerse relevante en un mercado competitivo.
Fuente y créditos: www.theverge.com
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