Vida dividida y decisiones migratorias
Cúcuta, Colombia — Arturo de La Hoz, educador venezolano de 40 años, vio que su familia se dividía después de que su esposa decidió irse a vivir a España para procurarse una mejor calidad de vida para ella y su hijo de 9 años, quien quedó al cuidado de su padre. De la Hoz, que se quedó en el país al cuidado de sus padres, no descarta que pueda tomar una medida similar a la de su esposa, también educadora. Como muchos otros venezolanos, este educador tiene sus expectativas puestas en la investidura presidencial programada para el viernes 10 de diciembre.
“Esperamos que esto cambie sí, sea quien sea, que sea por el futuro, porque el país tome un rumbo diferente, que retomemos ese poder adquisitivo, económico que teníamos anteriormente”, dijo De La Hoz a la Voz de América. “Si hay que salir del país será una decisión bastante difícil, complicada, dura pero necesaria”, agregó.
La migración como opción de vida
Muchos venezolanos consultados ven en la migración una opción de vida. Irse o quedarse es el dilema de quienes mantienen la esperanza de un cambio de gobierno después de las elecciones del 28 de julio de 2024. En estas elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la victoria de Nicolás Maduro, mientras que la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) reivindicó la de Edmundo González Urrutia. La oposición, por su parte, dejó bajo custodia de Panamá las actas recopiladas por sus observadores en las mesas electorales.
La esposa de De La Hoz es parte de los cerca de ocho millones de venezolanos que han emigrado en los últimos años, según cifras de la ACNUR, debido a presiones políticas, económicas y sociales. El jueves, venezolanos salieron a las calles para apoyar el liderazgo de Edmundo González, mientras simpatizantes de Nicolás Maduro también prometieron manifestarse en medio de la disputa por los resultados de las elecciones celebradas en julio pasado.
Incertidumbre y migración continua
La incertidumbre sigue marcando la vida de muchos venezolanos, lo que se ha expresado en una migración ininterrumpida desde 2014, la cual se disparó después de las elecciones presidenciales de 2024. William Gómez, analista de fronteras, explicó que antes del 28 de julio, diariamente salían unas 350 personas por los puentes internacionales que conectan Táchira, Venezuela, con Norte de Santander, Colombia, llegando a registrarse salidas de entre 1.850 y 3.000 venezolanos por día, totalizando 238,000 migrantes registrados hasta diciembre.
Miguel Morffe, profesor universitario, afirmó que las cifras de migrantes podrían superar los 250.000 en el segundo semestre de 2024. “Hace unos días vi a los caminantes subiendo hacia Pamplona, Bucaramanga; había aproximadamente 30 migrantes que iban caminando, pero las carpas de apoyo estaban vacías, es decir, no cuentan con el mismo apoyo que antes”, explicó Morffe.
Desafíos para los migrantes en Colombia
El 10 de enero es una fecha clave para Venezuela, que se prepara para la investidura presidencial. Algunos confían en que las cosas empiecen a mejorar, pero la opción de migrar sigue en el aire. El analista Morffe comentó que conoce a venezolanos que han decidido irse por temor a lo que pueda ocurrir el 10 de enero y en los días posteriores. Además, expresó su preocupación por el estatus de los migrantes que llegan a Colombia, donde el gobierno está dedicando menos recursos a su atención.
Colombia ahora exige visas de trabajo a los venezolanos, complicando su estadía. Morffe indicó que muchos migrantes desconocen estos procedimientos y señaló la falta de información y ayuda en puntos de entrada como La Parada o El Escobal, lo que aumenta la incertidumbre. También mencionó que oenegés que solían apoyar a los migrantes han tenido que reducir su personal y cambiar de sede por la falta de permisos del gobierno, llevando a situaciones más difíciles para los migrantes en comparación a 2017 y 2018.
A pesar de la disminución de la atención a migrantes en el lado colombiano, en Táchira, Venezuela, la Diócesis de San Cristóbal, junto a la OIM, ha establecido cuatro puntos móviles y cuatro Centros de Atención Temporal (CAT) para apoyar a los migrantes. Cristian Pastrán, coordinador de la Diócesis, explicó que brindan hidratación, alimentación y asesoría sobre los peligros que enfrentan, así como información sobre refugios.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
Cats: Venezuela,Colombia