Libertad de Amal Shujayyeh
Después de siete meses en una prisión israelí, la estudiante palestina de 23 años, Amal Shujayyeh, finalmente ha quedado en libertad.
En las tranquilas horas de la noche del 20 de enero, en Beitunia, en la ocupada Cisjordania, un autobús la dejó en los brazos de amigos y familiares que habían esperado ansiosamente su regreso.
“La alegría es indescriptible”, dijo Amal a DW, rodeada de su familia en su hogar en Deir Jarir. “Le agradecemos a Dios”.
Acuerdo de cese al fuego
Su liberación fue parte de un acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamas, destinado a detener la guerra que ha devastado Gaza durante 15 meses. Como parte del acuerdo, se prevé la liberación de casi 2,000 prisioneros palestinos. El acuerdo busca detener los combates durante seis semanas, asegurar la liberación de 33 rehenes de Gaza e incrementar el flujo de combustible y ayuda al territorio. Entre los prisioneros que serán liberados se encuentran aquellos detenidos por acciones como lanzar piedras o cócteles Molotov, junto a otros condenados por matar a israelíes.
Experiencia en prisión
Amal estaba en su último año estudiando periodismo en la Universidad de Birzeit, cerca de Ramallah, cuando las fuerzas israelíes la arrestaron bajo acusaciones de incitar a la violencia. Sin embargo, ella afirmó que su activismo se desarrollaba estrictamente dentro de las pautas de la universidad.
“En esencia, la ocupación se oponía al activismo estudiantil en el campus”, dijo. “A pesar de que este activismo estudiantil está oficialmente autorizado y aprobado por la administración de la universidad”. Amal mencionó que su familia no pudo visitarla durante su detención y que se le negaron muchas necesidades básicas en prisión.
Recuerdos de la detención
Amal recuerda vívidamente el día de su arresto. “Cuando llegamos al centro de detención, comenzaron las revisiones forzadas de desnudez para las prisioneras”, dijo. “Es una experiencia degradante y profundamente desagradable que todas las mujeres palestinas soportan al ingresar a cualquier centro de detención”.
Estas revisiones se llevaban a cabo a diario, a menudo a altas horas de la noche, junto con la confiscación de ropa, pertenencias personales e incluso artículos básicos como platos y ollas. “Nos privaron de necesidades básicas, incluso cosas para la comodidad como cepillos para el cabello, que consideraban ‘lujos’. Los libros y novelas también fueron confiscados”.
Su familia no pudo visitarla durante su encarcelamiento. “Solo veíamos a nuestras familias durante unos segundos durante las sesiones electrónicas de la corte”, dijo. “Si intentaba hacerles una señal para tranquilizarlos de que estaba bien, el soldado cortaba la conexión. Era una sensación de profunda opresión y humillación”.
El impacto del encarcelamiento
La odisea de Amal es una historia común en la sociedad palestina, donde la mayoría de las familias en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este han tenido uno o más miembros encarcelados en una prisión israelí. El impacto a menudo abarca generaciones, dejando a las familias sin sostén y obligando a los niños a crecer sin uno o, en muchos casos, ambos padres durante años.
Muchos prisioneros palestinos nunca son informados del motivo de su detención. La política de “detención administrativa” de Israel permite al estado encarcelar individuos basándose en evidencia secreta, sin presentar cargos formales ni realizar juicios.
Desde que comenzó la guerra, el número de detenidos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este se ha duplicado, superando los 10,000, según la organización legal israelí Hamoked. Muchos prisioneros liberados en acuerdos anteriores fueron posteriormente re-detenidos. Amal enfrenta el mismo riesgo, ya que debe asistir continuamente a citas judiciales.
Incertidumbre tras la liberación
Ahora reunida, Amal y su familia atesoran los momentos simples juntos. Sin embargo, para ella y otros prisioneros liberados, la libertad sigue siendo frágil. Hay una incertidumbre inminente sobre la posibilidad de una futura detención, una realidad común en su comunidad.
Bajo los términos del cese al fuego, los prisioneros palestinos liberados por Israel no pueden ser arrestados nuevamente por los mismos cargos ni devueltos a prisión para terminar de cumplir condenas por delitos anteriores, según la agencia de noticias AP. No se requiere que los prisioneros firmen ningún documento al ser liberados. Sin embargo, el grupo de derechos humanos Addameer advierte que el riesgo de re-arresto sigue siendo grave.
“Todos los detenidos liberados en Cisjordania o Jerusalén Este deben presentarse continuamente a las citas judiciales”, dijo Jenna Abdulhasna, responsable de defensa internacional de Addameer. “Es muy posible que el detenido pueda ser fácilmente blanco de nuevo arresto. Hemos visto que esto ocurre repetidamente en acuerdos de intercambio anteriores, incluido el acuerdo de noviembre de 2023”.
La próxima cita judicial de Amal es el 3 de febrero. Pero por ahora, está enfocada en reintegrarse a su antigua vida. Espera reanudar su pódcast, que comenzó durante la universidad.
“Ser arrestada no nos detendrá de transmitir nuestro mensaje o compartir nuestra causa con el mundo”, dijo Amal. “Pero seremos más cautelosos en cómo lo hacemos”. En casa, se sienta en su escritorio, revisando ideas para su pódcast. El objetivo final de Amal es completar su carrera y convertirse en periodista. Ella está decidida a seguir contando las historias de los palestinos como ella.
Fuente y créditos: www.dw.com
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