Nina Wilson habla sobre la trágica muerte de Maddy Cusack y por qué ha dejado de jugar: ‘Puede volver a pasar’

Nina Wilson on Maddy Cusack’s tragic death and why she has quit playing: ‘It can happen again’

Decisión de Nina Wilson de dejar el fútbol

Habla desde el corazón, como una amiga cercana de Maddy Cusack, y comienza a explicar por qué ha tomado la decisión que cambiará su vida de alejarse de su carrera profesional. “El juego, en su totalidad, parece reacio a cambiar o aceptar críticas”, dice Nina Wilson a The Athletic. “Pero si la muerte de un jugador no es un llamado de atención para todo el juego, no sé qué lo será. Maddy seguiría aquí si no fuera por el fútbol y la falta de sistemas de apoyo y, a menos que estos problemas se aborden adecuadamente, esto volverá a ocurrir.”

Experiencias de Wilson y su desilusión

Wilson, de 25 años, fue compañera de Cusack en el Sheffield United y, al igual que su amiga, hubo un tiempo en que estuvo inmensamente orgullosa de representar al club. “Siento que nací para jugar al fútbol”, dice. “Siempre ha sido mi pasión. Jugué por amor al juego y siempre he estado muy orgullosa y agradecida de ser una jugadora profesional”. Sin embargo, hoy anuncia que ha decidido dejar de jugar porque está muy desilusionada con la forma en que el club —y el fútbol femenino en general— han respondido a la muerte de Cusack y los fracasos, que ella cree, llevaron a una joven de 27 años, previamente feliz, a quitarse la vida. Wilson dice que experimentó los “peores seis meses de mi vida” tras el nombramiento de Jonathan Morgan como entrenador del equipo. La dejó, dice, “como una cáscara de persona” y dio evidencia al respecto en la investigación encargada por el club que, para consternación de la familia de Cusack, exoneró a Morgan de acoso o mala conducta en relación con cualquier jugadora.

Investigación de la Asociación de Fútbol

Morgan, quien niega haber causado angustia emocional a Cusack, ahora es objeto de una investigación de la Asociación de Fútbol sobre una queja oficial de sus padres, David y Deborah, quienes afirman que su hija “aún estaría con nosotros si él no hubiera sido nombrado”. Morgan niega cualquier forma de acoso y dice que es víctima de una caza de brujas. Wilson, una portera con más de 100 apariciones en su carrera, dice que sus propias experiencias con Morgan la dejaron sintiéndose “inútil y extremadamente aislada” acorde con los hallazgos de la investigación inicial que indicaron que podía dividir la opinión entre las jugadoras. Algunos lo consideraron cuidadoso y comprensivo. Otros, incluida Wilson, reportaron que podía ser divisorio, incluso intimidante, y favorecía a ciertas jugadoras mientras ignoraba y desairaba a otras.

Apoyo y condiciones en el fútbol femenino

Wilson señala que “las lecciones no se han aprendido y es difícil sentir que algo está cambiando o que el fútbol, en su totalidad, quiere mejorar las cosas”. Quiere mostrar solidaridad con la familia Cusack y, al hacerlo, declara que otros jugadores son reacios a hablar por miedo a ser “marginados” cuando la cultura del fútbol femenino está, en su mayoría, orientada a promover el deporte. El fútbol femenino no está haciendo lo suficiente para proporcionar sistemas externos de denuncia o ayudar a las jugadoras con problemas de salud mental, sin requisito obligatorio para que se disponga de consejeros y psicólogos. Las presiones aumentan porque las futbolistas a menudo son tan mal remuneradas que deben asumir trabajos adicionales, trabajando horas agotadoras en detrimento de sus carreras deportivas. Sheffield United ha “fallado” a la familia Cusack al ignorar una petición liderada por los aficionados que instaba al club a ‘retirar’ su camiseta No 8.

Consecuencias de la muerte de Cusack

En circunstancias normales, Wilson estaría acercándose a los años pico de una carrera como futbolista que ha tenido pasajes en London City Lionesses, Watford, Lewes y su club natal, Brighton & Hove Albion. Sin embargo, estas no son circunstancias normales y ha decidido dejar de jugar, tras siete años como profesional, mientras “el fútbol mantenga la cabeza en la arena y nadie se preocupe lo suficiente por querer cambiar nada”. Wilson no ha intentado encontrar otro club desde que se convirtió en agente libre en verano. Esta ha sido su propia elección y una de las razones, dice, es que sería más difícil hablar con libertad si todavía estuviera involucrada en el deporte.

Reflexiones sobre el futuro del fútbol femenino

“Cuando me enteré de Maddy, lo primero que múltiples miembros del equipo dijeron fue que ‘podría haber sido cualquiera de nosotros’.” Como suena horrible, esas fueron las conversaciones directas que se estaban teniendo después de la muerte de Maddy. Había un grupo de nosotras que dijo que podría haber sucedido con nosotras. Esas jugadoras, incluida Maddy, consideraron que fueron los peores momentos que habíamos tenido en el fútbol y no podríamos haber estado en un lugar más oscuro. Nos hicieron sentir que no valíamos nada. Se sentía como si no importáramos como personas más. Algunas de nosotras simplemente nos desconectamos y apenas hablamos durante semanas y meses. Podías entrar a entrenar y no ser reconocida por nadie durante todo el día.

El momento de reflexionar sobre el fútbol femenino

El club afirma que está “creciendo y evolucionando, lo que incluye la transición de medio tiempo a tiempo completo” y que, además de tener a un oficial de protección de mujeres dedicado, un oficial de atención de jugadores y acceso a primeros auxilios de salud mental y servicios de bienestar, tienen “further plans to strengthen the support staff.” Sin embargo, Wilson dice que en sus dos años en el club nunca se le informó sobre un servicio de denuncia externo para las jugadoras. Wilson ahora está en el comité de la fundación benéfica MC8 creada en nombre de su amiga. Ha estado realizando talleres de salud mental con varios clubes, así como entrenando a jugadoras más jóvenes. No está claro cuándo, si es que alguna vez lo hará, volverá a ponerse los guantes. Pero está decidida a obtener algo bueno de lo malo.

A pesar de todo, la lucha por Maddy Cusack y la justicia en el fútbol femenino continúa, y Wilson espera que su historia sirva de aliento para quienes enfrentan situaciones similares.

Fuente y créditos: www.nytimes.com

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