Soldados norcoreanos en la región de Kursk
Los soldados norcoreanos que luchan por Moscú en la región de Kursk, Rusia, tienen asignadas sus propias parcelas de tierra para atacar. A diferencia de sus contrapartes rusos, avanzan con casi ningún vehículo blindado en apoyo. Cuando atacan, no se detienen para reagruparse o retirarse, como a menudo lo hacen los rusos al comenzar a sufrir fuertes pérdidas, dicen soldados ucranianos y funcionarios estadounidenses. En su lugar, se mueven bajo fuego pesado a través de campos sembrados de minas y envían una ola de 40 o más tropas.
Tácticas y comportamiento de combate
Si logran tomar una posición, no intentan asegurarla, dejando eso a los refuerzos rusos, mientras retroceden y se preparan para otro asalto. También han desarrollado tácticas y hábitos singulares. Cuando combaten un dron, los norcoreanos envían a un soldado como cebo para que otros lo derriben. Si resultan gravemente heridos, han sido instruidos para detonar una granada para evitar ser capturados vivos, sosteniéndola bajo el cuello con una mano en el pasador mientras se acercan los soldados ucranianos.
Motivación y entrenamiento
Enviados a Rusia para unirse a las tropas de Moscú en Kursk, los norcoreanos operan esencialmente como una fuerza de combate separada, distinta en lenguaje, entrenamiento y cultura militar. “Son en parte dos militares diferentes que nunca han entrenado u operado juntos y en parte, creo, la cultura militar rusa, que no es, digamos, muy respetuosa con las habilidades, normas y operaciones de las fuerzas asociadas”, dijo Celeste A. Wallander, quien hasta el Día de la Juramentación fue subsecretaria asistente del Pentágono para asuntos de seguridad internacional.
Pérdidas y desafíos
El ejército norcoreano, con 1.2 millones de soldados, se encuentra entre los más grandes del mundo, y su entrada en la guerra representa una escalada significativa en un conflicto que se aproxima a su cuarto año. Antes de enviar tropas a Rusia, Corea del Norte ya era un importante apoyo del esfuerzo bélico ruso, enviando millones de proyectiles de artillería, que ahora representan aproximadamente la mitad de las municiones rusas disparadas diariamente, y más de 100 misiles balísticos de corto alcance.
La pérdida de soldados norcoreanos ha sido significativa; se estima que casi la mitad de los enviados han sido heridos o muertos, pero son “muy motivados, bien entrenados” y “valientes”, según el general Oleksandr Syrsky, comandante militar de Ucrania.
Tácticas de combate adaptadas
Los soldados ucranianos han adaptado sus tácticas en respuesta a los métodos norcoreanos. Por ejemplo, los pilotos de drones dijeron que generalmente no apuntan a soldados norcoreanos individuales, sino que buscan grupos en su lugar. La densidad de los asaltos norcoreanos ha llevado a los soldados a modificar su procedimiento estándar para colocar minas antipersonal más cerca unas de otras.
Refuerzos y futuro
Se espera que lleguen más refuerzos norcoreanos en los próximos dos meses. La complejidad de la situación se intensifica con las dificultades de integrar a los soldados norcoreanos en el campo de batalla, que van desde problemas menores, como encontrar uniformes de tamaño adecuado, hasta problemas de comunicación que han llevado a conflictos directos entre fuerzas norcoreanas y rusas.
Los soldados ucranianos luchando en Kursk dicen que las tácticas norcoreanas son costosas pero efectivas. “Los coreanos están comenzando a empujar las líneas del frente, apuntando a áreas menos defendidas y desgastando nuestras tropas de esa manera”, dijo Oleksii, un comandante de pelotón.
La situación futura seguirá evolucionando, y la capacidad de combate y la adaptación de los soldados norcoreanos seguirá siendo una consideración clave para el desarrollo del conflicto.
Fuente y créditos: www.nytimes.com
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