Hoy

    Los astrónomos se preguntan si las galaxias están cayendo en este gigante agujero negro.

    Astronomers wonder if galaxies are falling into this giant black hole

    El Telescopio Espacial Hubble y el Quasar 3C 273

    El Telescopio Espacial Hubble capturó imágenes asombrosas y detalladas del espacio que rodea a un quasar. Los quasars, abreviatura de “objetos cuasi-estelares”, son núcleos de galaxias extremadamente brillantes en el universo temprano. A pesar de que estos objetos distantes parecen estrellas, son la luz resultante de agujeros negros supermasivos que están “devorando” materia. El Hubble, en colaboración con la Agencia Espacial Europea, se enfocó en el quasar 3C 273, que se encuentra a unos 2.5 mil millones de años luz de la Tierra. Lo que el telescopio observó fue notable y dará pie a más investigaciones en el futuro. “Mis colegas están emocionados porque nunca han visto tanto detalle antes,” dijo Bin Ren, astrofísico de la Université Côte d’Azur en Francia.

    Observaciones y Descubrimientos

    Aunque “bultos” puede no sonar muy científico, así es como Ren y su equipo de investigación describieron lo observado en su artículo, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics a principios de este año. Además de varios bultos, encontraron algo misterioso en forma de L. El Instituto Científico del Telescopio Espacial en Baltimore, que opera el Hubble y el Telescopio Espacial James Webb, anunció estos hallazgos esta semana. ¿Qué podrían ser estos objetos? Los científicos sugieren que algunos de ellos podrían ser pequeñas galaxias en órbita al borde de caer en el agujero negro central, que alimenta al quasar. Todos los objetos fueron encontrados dentro de un radio de 16,000 años luz del agujero negro.

    Sin embargo, esto es solo una suposición educada. Los astrónomos podrían identificar mejor estos extraños objetos con observaciones de seguimiento del telescopio Webb, el observatorio espacial líder que detecta luz en longitudes de onda infrarrojas.

    Agujeros Negros y su Formación

    Los agujeros negros son fenómenos de los más enigmáticos en el espacio. No tienen superficies, como un planeta o una estrella. En cambio, tienen un límite llamado “horizonte de eventos”, o un punto de no retorno. Si algo se acerca demasiado, eventualmente caerá y nunca escapará de la atracción gravitacional del agujero. La forma en que se forman los agujeros negros supermasivos es aún más esquiva. Los astrofísicos creen que estos gigantes invisibles se ocultan en el centro de prácticamente todas las galaxias. Observaciones recientes del Hubble han reforzado la teoría de que comienzan en los núcleos polvorientos de galaxias de explosión estelar, donde se forman rápidamente nuevas estrellas, pero los científicos todavía están intentando confirmar eso.

    El quasar 3C 273, que fue el primero de su tipo descubierto, brilla con la luminosidad de 4 billones de soles, o 100 veces más brillante que toda la Vía Láctea. “Para el Hubble, mirar al quasar 3C 273 es como mirar directamente hacia un faro de coche deslumbrante e intentar ver una hormiga caminando alrededor de su borde,” explicó el Instituto Científico del Telescopio Espacial.

    Cuando el astrónomo Maarten Schmidt lo descubrió en 1963, parecía una estrella, pero estaba demasiado lejos para que una sola estrella pudiera haber sido la fuente. Desde entonces, los científicos han aprendido que los quasars son reliquias de un tiempo mucho más temprano en el universo. Los quasars más cercanos a la Tierra siguen estando a varios cientos de millones de años luz, lo que significa que se observan como eran cientos de millones de años atrás. El hecho de que no se encuentren quasars más cercanos es una pista de que existieron cuando el universo era mucho más joven. Desde el descubrimiento de Schmidt, se han encontrado muchos otros quasars. Los científicos continúan estudiándolos porque proporcionan información sobre la evolución del universo.

    Investigaciones Futuras

    Para observar los objetos alrededor del quasar, el equipo de investigación utilizó un instrumento del Hubble que bloquea una fuente de luz, de manera similar a cómo un eclipse solar oculta el rostro del sol con la luna. Este coronógrafo permitió a los científicos observar ocho veces más cerca del agujero negro que nunca antes. Además de detectar los misteriosos bultos, los investigadores también pudieron observar mejor el chorro de material de 300,000 años luz que emerge del quasar. Sus hallazgos revelaron algo quizás contraintuitivo: cuanto más lejos estaba el chorro del agujero negro, más rápido se movía.

    Fuente y créditos: mashable.com

    Cats: Science

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