Mark Pope: Una trayectoria llena de desafíos y éxitos
LEXINGTON, Ky. — Todo comenzó con una amenaza. No una amenaza velada. No. Esto fue tan directo como se puede. Mark Pope, con sus 6 pies y 10 pulgadas, se mantuvo erguido, empujando las espaldas hacia atrás. A pesar de su tamaño, su cabeza rapada y su trayectoria —una década en la NBA como centro— no es una figura intimidante. Pope tiene una forma de ser increíblemente agradable.
La familia Pope y el cambio a Kentucky
La primavera pasada, la familia estaba dispersa. Lee Anne estaba en Texas, visitando a un hermano en el hospital. Sus hijas, Ella, Avery, Layla y Shay, tenían sus propios compromisos. Sin embargo, Pope había solicitado que todas estuvieran en una llamada. Finalmente, se reunieron y fue entonces cuando la familia vio el cambio que estaba por venir. “¿Cómo nos sentimos si voy a Kentucky?” preguntó Pope, provocando lágrimas en varias de las chicas.
El contexto de la carrera de Pope
Fuera de la familia, existía la idea de que Pope no era el indicado para un trabajo tan grande. Todo cambió en abril cuando John Calipari decidió dejar su puesto como entrenador. La búsqueda por su sucesor llevó a Mitch Barnhart a Pope. A pesar de ser una leyenda en Kentucky, las dudas sobre su capacidad emergieron rápidamente. Sin embargo, el equipo apostó por él.
La realidad de ser entrenador en Kentucky
Pope fue presentado en una conferencia de prensa donde se mostró auténtico y condescendiente. Aceptó que su carga va más allá de él mismo y que representa algo más grande. A pesar de las críticas, entiende la presión que conlleva ser parte de una institución tan prestigiosa. “Ser el entrenador de Kentucky, si es todo lo que eres, no serás bueno en ello”, dijo.
Pope es un hombre que ha sabido manejar las emociones a través de los desafíos. Con su familia apoyándolo, se prepara para enfrentar todo lo que conlleva ser parte del programa de baloncesto de Kentucky, que tiene una historia rica y exigente.
Fuente y créditos: www.nytimes.com
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