La Vitamina C y su Reputación Legendaria
La vitamina C tiene un estatus casi legendario entre los suplementos de farmacia. Es común tomar algunas tabletas cuando estamos preocupados por enfermarnos o mezclar un vaso de Emergen-C al primer signo de un resfriado. Es agradable imaginarla como un remedio para todo, pero la realidad no se alinea del todo con nuestras esperanzas. La vitamina C probablemente no estaría donde está hoy sin el entusiasmo del Premio Nobel Linus Pauling. (Su entusiasmo era, irónicamente, contagioso.) Sin embargo, incluso hoy, el Instituto Linus Pauling en la Universidad Estatal de Oregón escribe: “Se piensa comúnmente entre el público en general que la vitamina C mejora la función inmune, sin embargo, los estudios humanos publicados hasta la fecha son conflictivos.”
¿Cuándo Puede Ayudar la Vitamina C?
Como se señaló en una publicación anterior sobre suplementos que potencian el sistema inmunológico, los beneficios comprobados de la vitamina C son pequeños y probablemente no se aplican a la mayoría de nosotros. Las personas que están bajo un estrés severo debido a niveles extremos de ejercicio (como los maratonistas y los soldados que entrenan en condiciones subárticas) pueden ser menos propensas a resfriarse si toman vitamina C. Algunos estudios han encontrado que las personas que consumen grandes cantidades de vitamina C de forma regular pueden sufrir de resfriados ligeramente más cortos (resolviéndose un día o medio día antes), pero la vitamina no evitó que se enfermaran en primer lugar. Dicho esto, una revisión Cochrane de 2013 concluyó que la evidencia es mixta, y ni siquiera los resfriados acortados se observan de manera confiable en la investigación.
Los Institutos Nacionales de Salud resumen la investigación de la siguiente manera: en general, la evidencia hasta la fecha sugiere que la ingesta regular de vitamina C en dosis de al menos 200 mg/día no reduce la incidencia del resfriado común en la población general, pero tales ingestas podrían ser útiles en personas expuestas a ejercicio físico extremo o entornos fríos y aquellos con un estado marginal de vitamina C, como los ancianos y los fumadores crónicos. “Tomar suplementos una vez que los síntomas de resfriado ya han comenzado no tiene beneficios comprobados”, dice el Instituto Linus Pauling. Si ya estás empezando a resfriarte, la oportunidad de tal vez reducir la duración de tu resfriado ha pasado.
Lo que Debes Tomar en Lugar de Vitamina C
Una vez que sientas esa garganta rasposa, no recurras a Emergen-C o Airborne, a menos que sea tu ritual personal que te haga sentir mejor (adelante, aprovecha ese efecto placebo). ¿Qué deberías tener a mano en su lugar? La miel es uno de los jarabes para la tos más efectivos disponibles. Si deseas algo que aclare tu congestión, lleva tu identificación y consigue pseudoefedrina, un medicamento que generalmente se mantiene detrás del mostrador. (Su reemplazo de venta libre, fenilefrina, a menudo comercializado como “Sudafed PE” o bajo otros nombres, realmente no funciona). Limpiar tus senos nasales con una olla neti (para adultos) o una jeringa de bulbo o NoseFrida (para niños pequeños) también puede ayudar. Asegúrate de beber muchos líquidos, dormir lo que puedas y despejar tu agenda de todo lo estresante que puedas posponer para más tarde. Puede que aún te resfríes, pero al menos estás haciendo lo posible por minimizar el estrés adicional en tu cuerpo. Tu sistema inmunológico puede hacer un buen trabajo cuidándote si se lo permites. Y no necesita vitamina C adicional para ayudar.
Fuente y créditos: lifehacker.com
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