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    La visión del Ejército de EE. UU. sobre los soldados en exoesqueletos sigue viva

    The US Army's Vision of Soldiers in Exoskeletons Lives On

    Nuevos experimentos con tecnología de exoesqueletos

    Este impulso reciente ha dado lugar a varios nuevos experimentos con tecnología de exoesqueletos en los últimos años. En 2018, Lockheed Martin recibió un contrato de 6.9 millones de dólares para “mejorar” su exoesqueleto ONYX para futuras demostraciones del Ejército. Sin embargo, Accetta, el portavoz de DEVCOM, informa a WIRED que esta iniciativa se terminó debido a “una serie de problemas técnicos” y falta de financiación. De manera similar, el servicio ha estado probando el Dephy ExoBoot durante al menos los últimos años. En agosto de 2022, el Ejército presentó un exoesqueleto (sin energía) denominado Exoesqueleto Biónico Asistencial para Reabastecimiento (SABER) para reducir el dolor lumbar y el estrés físico entre los miembros del servicio en el campo; según un estudio de 2023, el 90 por ciento de los soldados que usaron el exoesqueleto durante los ejercicios de entrenamiento de artillería de campo informaron una mayor capacidad para realizar sus tareas asignadas.

    Exploración de exoesqueletos por parte de las diferentes ramas del servicio

    Y el Ejército no es la única rama que está explorando los exoesqueletos: a finales de 2022, la Fuerza Aérea anunció que estaba probando su propio exoesqueleto neumáticamente asistido, desarrollado por ROAM Robotics, para ayudar a los porteadores a cargar aviones de carga como el C-17 Globemaster III.

    Enfoque cauteloso del Ejército respecto a la tecnología de exoesqueletos

    La prueba del exoesqueleto de Fort Sill no es solo la última entrega en un impulso de siete décadas para fusionar hombre y máquina; también representa el enfoque cauteloso y moderado del servicio hacia la tecnología. Aunque los planificadores militares de EE. UU. han aspirado durante mucho tiempo a construir un ejército de esos llamados soldados servo para dominar el campo de batalla del futuro, los esfuerzos actuales de investigación de exoesqueletos parecen enfocados en aplicaciones más modestas y potencialmente alcanzables, como logística y reabastecimiento, en lugar de compromisos en combate. Poco a poco, el Pentágono está examinando cuidadosamente si un asistente robótico ayudará a los miembros del servicio a llevar más carga por más tiempo en el campo de batalla.

    El futuro del exoesqueleto alimentado

    Sin embargo, el Pentágono no parece haber renunciado por completo a su sueño de un exoesqueleto alimentado que sirva como base para un traje de combate blindado. La estrategia RAS del Ejército de 2017, a pesar de su énfasis en aliviar las cargas de los soldados, también planteó el objetivo a largo plazo de construir un “traje de guerrero” con “pantallas integradas que agreguen una imagen operativa común, brinden actualizaciones de inteligencia y integren sistemas de armas de fuego indirectos y directos”, capacidades no muy diferentes a aquellas imaginadas con un operador de infantería móvil al estilo de “Starship Troopers” o un traje de “Iron Man” y exploradas con la iniciativa TALOS. Hace algunos años, al menos un oficial del Ejército aún hablaba de dicho traje como un esfuerzo a largo plazo que podría convertirse potencialmente en realidad en algún momento de la década de 2040.

    El estado actual del “traje de guerrero”

    Hoy en día, sin embargo, esa idea parece estar en hibernación, si no completamente muerta. Cuando se preguntó sobre el esfuerzo del “traje de guerrero”, los funcionarios de DEVCOM desestimaron el concepto como “la visión profesional de una persona” y “no debe ser considerado (incluso en ese momento) como una posición oficial del Ejército”, a pesar de su mención explícita en el documento RAS de 2017. “El ‘traje de guerrero’ nunca existió como tal, nunca fue considerado un ‘traje de guerrero’, al menos no por el Ejército, sino como una prueba de concepto, es decir, ‘¿Ayudaría algo como esto a gestionar la carga mientras se está en movimiento?'”, dice Accetta. “La cantidad de preocupaciones técnicas, de integración, diseño, potencia, ergonómicas, etc., no era trivial.” “El proyecto no está abandonado, simplemente está inactivo,” agrega. “Y si llegara a activarse, dudamos mucho que se llamara un ‘traje de guerrero.’”

    Fuente y créditos: www.wired.com

    Cats: National Security

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