Guía del tramposo para el Día de Acción de Gracias
La Guía del Tramposo se centra en aquellos que pueden necesitar una mano, incluso de fuentes poco convencionales. Algunos podrían considerar que usar tecnología moderna y conocimientos de supermercado para preparar una cena tradicional es “hacer trampa”, pero no hay nada de malo en ello. Con un poco menos de trabajo tradicional, puedes tener un festín impresionante.
Congelar el pan para mantenerlo fresco
Los suaves panes son esenciales en la comida de Acción de Gracias, pero son fáciles de olvidar. El pan comprado o hecho demasiado pronto puede volverse mohoso o duro. Por eso, es recomendable congelar el pan hoy mismo. Cuando congeles pan, asegúrate de que esté en su forma original. Primero, congélalo sin aplastarlo durante 30 minutos, asegurándote de que no haya nada apilado sobre él en la bandeja, y luego guárdalo en una bolsa de congelación, exprimiendo tanto aire como sea posible.
Almacenamiento adecuado en el congelador
Para los que son organizados, tener un “sitio para el pan” definido en el congelador es útil. Utiliza un recipiente seguro para el congelador y separa los panes de otros alimentos. Para panes artesanales con formas irregulares, envuélvelos bien y colócalos en un contenedor amplio que quepa en la parte superior del congelador. Un contenedor de pan hermético es una buena opción.
Evitar que el pan se queme en el congelador
Es importante tener en cuenta que aunque los congeladores son excelentes para conservar alimentos, también pueden causar quemaduras por congelación, lo que afecta la apariencia y el sabor del pan. Utiliza bolsas para congelador correctamente etiquetadas y trata de minimizar la exposición del alimento al aire seco del congelador para prevenir quemaduras.
Reviviendo tu pan congelado
Para revivir el pan congelado, puedes optar por descongelarlo y luego hornearlo. Déjalo a temperatura ambiente por 30 minutos antes de hornear o cocinar directamente desde el congelador. Para panes con corteza gruesa, como las baguettes, pasa el pan congelado rápidamente por el agua antes de hornearlo para devolverle la humedad. Verifica que esté bien caliente en el interior y disfruta de un pan que sabrá tan fresco como el día en que lo horneaste.
Fuente y créditos: lifehacker.com
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