La diplomacia de la Iglesia católica podría ser “útil” para facilitar una solución a la crisis política y de derechos humanos en Venezuela, a la luz de su reciente mediación para la liberación de decenas de presos políticos en Cuba, el mayor aliado ideológico del gobierno de Nicolás Maduro, dijeron expertos a la Voz de América.
La Diplomacia Silenciosa de la Iglesia
Ante los acontecimientos recientes, no es descartable que la Iglesia católica ejerza “una diplomacia silenciosa y discreta, pero útil y necesaria” en Venezuela, donde Maduro acaba de jurar para un tercer mandato entre denuncias de fraude electoral, advirtió el historiador, analista de procesos políticos y profesor universitario Ángel Lombardi. Este mes, el gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel anunció la excarcelación gradual, pero amplia, de 553 personas “condenadas por diversos delitos” en el marco de una larga mediación de la Iglesia, regida por el papa Francisco. En un primer momento, se liberaron a 127 presos políticos, entre ellos al líder opositor José Daniel Ferrer.
Influencia en la Política Venezolana
Esa liberación coincidió con la exclusión de Cuba de la lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo, a donde regresó por decisión del presidente Donald Trump, que volvió al poder en la Casa Blanca tras una primera gestión, entre 2017 y 2021. A principios de mes, Díaz-Canel informó al papa en una carta sobre su intención de conceder la libertad a cientos de detenidos. Su gobierno precisó que ha mantenido comunicaciones con el sumo pontífice. Francisco también abogó a inicios de año por una “diplomacia de esperanza” que derivara en la libertad de presos por distintas razones.
Un Rol Histórico y Global
Sobre la posibilidad de una posible intercesión en la crisis política venezolana, Lombardi recordó que “la Iglesia siempre lo ha hecho”, citando los ejemplos recientes de Cuba y Nicaragua. En 2018, altos delegados de la jerarquía católica abogaron entre el gobierno de Daniel Ortega y sus opositores tras el estallido social y protestas contra el status quo político. Desde entonces, Ortega detuvo o desterró a varios sacerdotes. A pesar de aquella experiencia, Lombardi considera que la Iglesia todavía podría jugar un importante papel en las negociaciones con Caracas.
Mientras sus opositores dicen haber ganado la elección holgadamente y llaman a los militares a deponer del poder a Maduro, su gobierno ha detenido a cientos de activistas políticos, defensores de derechos humanos y periodistas, acusándolos de terrorismo. Díaz-Canel y Ortega fueron los únicos mandatarios presentes en la investidura de Maduro del 10 de enero, concretada en Caracas entre promesas de la oposición de tomar el poder y un operativo de seguridad sin precedentes en la capital venezolana.
Puentes hacia la Paz
Una nueva tarea diplomática de la Iglesia en Venezuela podría “formar parte de su misión en defensa de los derechos humanos”, valora Lombardi, exrector de la Universidad del Zulia y la Universidad Católica (Unica). En 2016, la Iglesia católica facilitó el diálogo entre representantes del gobierno de Maduro y sus opositores, con la participación del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín. Aquella tarea culminó en un callejón sin salida y con objetivos incumplidos.
Parolín propuso 4 puntos para mantener el diálogo: solventar la escasez de comida y medicinas; convivir en paz y acordar un acuerdo electoral; restituir el rol de la Asamblea Nacional, ganada por la oposición, pero inhabilitada en sus funciones por el chavismo; y “acelerar” la excarcelación de los detenidos por razones políticas. Francisco admitió años después que esa mediación estableció “puentes que ayudaron” en la crisis política venezolana.
Este mes, el papa Francisco dijo ante el cuerpo diplomático en el Vaticano que pensaba en “la grave crisis política” en la que se debate Venezuela y opinó que solo podría superarse “con la adhesión sincera a los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad”.
Procesos de Paz en Secreto
El sacerdote Alfredo Infante, superior provincial de los padres jesuitas en Venezuela, explicó que la Iglesia “siempre apuesta por procesos de transformación pacíficas de conflictos”. Infante considera que una intercesión eclesiástica en Venezuela “está en el campo de las posibilidades, siempre y cuando los actores reconozcan su papel para tal fin”. La Conferencia Episcopal Venezolana aseguró en un comunicado que el pueblo expresó “su clara y decidida opción por la democracia” en la elección de julio pasado.
El religioso jesuita, coordinador de derechos humanos del centro de estudio Gumilla, subraya que los procesos de paz “más auténticos” son los que se van gestando “en secreto” y “tendiendo puentes” entre las partes en conflicto. Sobre el caso venezolano, Infante aseveró que “los puentes están rotos”. “Restablecer la confianza es cuesta arriba, sin embargo, es una tarea urgente”, concluyó.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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