Hoy

    La culparon en su divorcio por rechazar el sexo. Un tribunal europeo no estuvo de acuerdo.

    She Was Faulted in Her Divorce for Refusing Sex. A European Court Disagreed.

    Fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

    La pareja había estado junta durante cerca de tres décadas antes de divorciarse. Ella culpaba a su trabajo por afectar su matrimonio. Sin embargo, en 2019, un tribunal francés dictaminó que ella era la única responsable de la separación, después de que se negara a tener relaciones sexuales con él. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó el fallo el jueves, afirmando que la decisión del tribunal francés había violado el derecho de la mujer a la vida privada y a la autonomía, lo que incluía su vida sexual. La decisión fue vista como un hito por los activistas de los derechos de las mujeres, quienes han expresado preocupaciones durante mucho tiempo acerca de las leyes matrimoniales en Francia.

    Detalles del Caso y Reacciones

    La decisión de 2019 por parte de la Corte de Apelaciones de Versalles indicó que la mujer, identificada solo como H.W. en los documentos judiciales, era culpable del divorcio tras detener las “relaciones íntimas” con su esposo. Su negativa durante años a ser íntima con su esposo fue considerada una “violación grave y recurrente” de sus deberes maritales. Sin embargo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al afirmar que los gobiernos tienen la obligación de combatir la violencia doméstica y sexual, dictaminó el jueves que “la existencia misma de tal obligación marital es contraria tanto a la libertad sexual como al derecho a controlar el propio cuerpo”. Además, agregaron: “El tribunal no puede aceptar, como sugiere el gobierno, que el consentimiento al matrimonio implique el consentimiento a futuras relaciones sexuales”.

    Un Triunfo Simbólico para los Derechos de las Mujeres

    Para la mujer, esta decisión fue una victoria simbólica, ya que argumentó que no debería haber sido considerada culpable en el divorcio. Los grupos de derechos de las mujeres calificaron la decisión como un paso fundamental para abordar la violencia sexual y otras formas de abuso contra mujeres en relaciones. “Espero que esta decisión marque un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres en Francia”, dijo H.W. en una declaración a través de su abogada, Delphine Zoughebi. “Esta victoria es para todas las mujeres que, como yo, se enfrentan a decisiones judiciales aberrantes e injustas que cuestionan su integridad corporal y su derecho a la privacidad.”

    Contexto del Caso y Futuras Implicaciones

    H.W. y J.C., como fue identificado su esposo en los documentos, vivieron juntos en las afueras de París, se casaron en 1984 y tuvieron cuatro hijos. La mujer inició los trámites de divorcio en 2012, alegando que la dedicación de su esposo a su carrera había afectado su vida familiar y que él había sido “irritable, violento y hiriente.” Su esposo argumentó en el tribunal francés que ella era culpable por haber incumplido sus deberes maritales al rechazar la intimidad sexual, además de calumniarlo con sus acusaciones. La mujer testificó que se había negado a tener relaciones sexuales debido a problemas de salud, incluyendo un grave accidente y un disco desplazado. El tribunal francés falló a su favor.

    El gobierno francés, defendiendo su postura en el tribunal europeo, había argumentado que la cuestión de si se había violado el deber marital era un asunto para los tribunales domésticos, subrayando que la ley francesa castigaba el asalto sexual entre cónyuges. Una portavoz de Diego Colas, un funcionario que representó al gobierno francés en el tribunal, se negó a comentar, pero se refirió a una breve respuesta el jueves del ministro de justicia francés, Gérald Darmanin. “Obviamente, iremos en la dirección de la historia y adaptaremos nuestra ley”, dijo el Sr. Darmanin a los periodistas. Añadió que alentaría a los legisladores a discutir el asunto.

    Ambas partes tienen tres meses para remitir el caso a la Gran Sala del tribunal europeo, que puede considerar el asunto para un juicio final. Una vez emitido, un comité de representantes gubernamentales de los estados miembros del tribunal supervisa su cumplimiento. El tribunal europeo no cuenta con un mecanismo de aplicación, pero sus fallos pueden llevar a los países a reexaminar sus leyes. Las conversaciones sobre el consentimiento mutuo, la cultura de la violación y la violencia sexual han cobrado impulso en Francia en los últimos meses, impulsadas por el aterrador caso en el que 51 hombres fueron condenados por violar sexualmente a Gisèle Pelicot. El exmarido de la Sra. Pelicot, Dominique Pelicot, admitió haberla drogado y violado durante casi una década, y haber invitado a docenas de extraños a unirse a él.

    Lilia Mhissen, otra abogada que representa a H.W., dijo que el fallo debería evitar que los tribunales franceses interpreten la ley de manera que obligue a las mujeres a tener relaciones sexuales con sus parejas. Lo calificó como “un gran avance para el derecho de las mujeres a controlar sus propios cuerpos, incluso dentro del matrimonio.” La Fundación de Mujeres, un grupo de derechos de las mujeres en Francia, manifestó que el fallo había llevado a Francia “cara a cara con sus responsabilidades.” Instó al gobierno a revisar sus prácticas judiciales, añadiendo que los grupos feministas habían advertido que la noción de “deber marital” era una forma de control y violencia sexual. “El matrimonio no puede y nunca debe ser equiparado con la servidumbre sexual”, indicó el grupo.

    Fuente y créditos: www.nytimes.com

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