La comunidad internacional observa las ambiciones nucleares de Irán
La comunidad internacional está monitoreando de cerca las ambiciones nucleares de Irán, mientras que el grupo “E3” de Reino Unido, Francia y Alemania ha expresado su disposición a activar el poderoso mecanismo de “snapback” de sanciones de la ONU si Teherán continúa su búsqueda de armas nucleares.
El mecanismo de “snapback” y el acuerdo nuclear de 2015
El “snapback” es una herramienta diplomática que forma parte de un acuerdo nuclear de octubre de 2015, el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), bajo el cual los firmantes acordaron levantar sanciones internacionales que perjudicaban a Irán a cambio de que Teherán desmantelara su programa nuclear.
El JCPOA permite a Irán perseguir un programa nuclear pacífico para propósitos comerciales, médicos e industriales de acuerdo con los estándares internacionales de no proliferación. Sin embargo, el acuerdo ha fracasado en gran medida desde que Donald Trump retiró a Estados Unidos y reimpuso sanciones durante su primer mandato en 2018.
En diciembre de 2024, las naciones “E3” acusaron a Teherán de aumentar su stockpile de uranio altamente enriquecido a “niveles sin precedentes” sin “justificación civil creíble”. Esto ocurrió después de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) dijera que Irán estaba enriqueciendo uranio hasta un 60% de pureza, acercándose al nivel del 90% necesario para producir una arma.
Consecuencias del ‘snapback’ para Teherán
Si se activa el snapback, todas las sanciones previamente levantadas sobre Irán bajo el acuerdo nuclear de 2015 serían reinstauradas, dejando al país vulnerable a graves consecuencias económicas.
La estrategia de Irán para evitar tal escenario se centra en aprovechar sus asociaciones estratégicas, con China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, desempeñando un papel fundamental en la ecuación geopolítica en desarrollo. Sin embargo, la opción de activar el mecanismo de snapback expira en octubre de este año, lo que añade urgencia a los esfuerzos diplomáticos entre Irán y el E3.
Irán y las potencias europeas dijeron que mantuvieron conversaciones “francas y constructivas” esta semana sobre el programa nuclear de Teherán, el segundo encuentro en dos meses.
La posición de China y su apoyo limitado a Irán
A medida que aumentan las tensiones entre Teherán y Occidente, Irán ha estado buscando a China como un posible contrapeso. China ha sido el mayor socio comercial de Irán durante años y sus lazos bilaterales se han profundizado, especialmente en el sector energético.
Durante su reciente visita a China, el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, quien también es el principal negociador del país sobre cuestiones nucleares, escribió un artículo en el People’s Daily, el periódico de referencia del Partido Comunista. En su artículo, Araghchi expresó esperanza por un “nuevo capítulo” en las relaciones Irán-China, enfatizando que ambas naciones están alineadas en su oposición a acciones unilaterales y en su apoyo al desarrollo y cooperación del Sur Global.
Sin embargo, el apoyo de China a Irán es más matizado de lo que Teherán podría esperar. Aunque Beijing ha protegido a Irán de las sanciones occidentales, sus prioridades globales cambiantes están llevando a un enfoque más cauteloso.
Intereses energéticos de China y política
La dependencia de China del petróleo crudo iraní, que representa aproximadamente el 13% de sus importaciones, destaca la importancia de Teherán en la política energética de Pekín. Sin embargo, con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la anticipated reimposición de su política de “máxima presión” sobre Irán, esta relación podría enfrentar desafíos significativos.
La aplicación más estricta de sanciones probablemente interrumpiría el flujo de crudo iraní barato a China, aumentando los costos para su sector de refinación y creando efectos en cadena en su economía. Los refinadores independientes, conocidos como teapots, serían particularmente vulnerables. Ya luchando con una débil demanda de combustibles y márgenes ajustados, estarían desproporcionadamente afectados por el aumento de costos si se restringen las importaciones de crudo iraní.
La analista política Nazila Golestan, con sede en París, afirmó: “Muchas de las sanciones impuestas a Irán bajo la administración Biden fueron pasadas por alto por China, aparentemente en coordinación con el gobierno de Biden”. Sin embargo, con el regreso de Trump, es poco probable que China ayude a Irán a eludir las sanciones.
Golestan destaca un cambio en la estrategia de China. Según Mazyar Mokfi, un analista político con sede en Londres, “los lazos comerciales de China con EE.UU. son lo suficientemente significativos como para que no quiera enfrentar a Washington sobre Irán”. Además, el creciente acercamiento entre los países árabes del Golfo Pérsico y China ha llevado a este último a priorizar sus intereses en la región. Es poco probable que Irán logre convencer a China de asumir los costos de desafiar a Occidente en su nombre.
Las dificultades de Irán para asegurar el apoyo chino
Con el mecanismo de snapback amenazando con restablecer sanciones severas, el apalancamiento de Irán con China está cada vez más limitado. Pese a que China apoya generalmente la soberanía de Irán, los cálculos geopolíticos y económicos más amplios de Pekín pueden superar su disposición a intervenir directamente a favor de Irán.
Estos incluyen priorizar relaciones con potencias importantes y estados del Golfo Pérsico. Internamente, las facciones políticas de Irán complican las decisiones estratégicas, ya que el régimen en el poder enfrenta presiones sociales internas debido a la difícil situación económica.
Los duros en el régimen han defendido durante mucho tiempo una postura desafiante contra Occidente, pero la realidad económica podría forzar incluso a estas facciones a reconsiderar su posición a medida que las sanciones hagan mella en el país.
Fuente y créditos: www.dw.com
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