Nuevo álbum sorpresa de Kendrick Lamar
Esta semana echamos un vistazo al nuevo álbum sorpresa de Kendrick Lamar, nos adentramos en el mundo de las palabras prohibidas en las aulas, descubrimos qué significa “jugging” y analizamos lo fácil que es engañar a las personas con una criptomoneda. ¡Qué mundo!
¿Por qué todos hablan del GNX de Kendrick Lamar?
El viernes al mediodía, sin previo aviso, el rapero Kendrick Lamar lanzó un álbum de 12 pistas en las plataformas de streaming. Parafraseando una línea de “Not Like Us”, a veces, hay que salir y mostrar a los vecinos, y eso es lo que Lamar está haciendo con GNX. Es un viaje musical vertiginoso con guiños a todo, desde el mariachi hasta el retro-soul, el smooth jazz y el G-funk de Los Ángeles de los 90, y letras con ese flujo denso y emocionante que hace de Lamar el mejor rapero vivo. Es un regalo de Navidad anticipado que probablemente no merecemos.
GNX es lo único en la cultura juvenil (en realidad, solo cultura) que importa esta semana. Es un evento compartido raro en tiempos fracturados. Si quieres entender en qué piensan los jóvenes en este momento, ve a Spotify y escucha este álbum. Aquí hay solo algunas de las ondas que emanan de la piedra que Kendrick lanzó en el lago cultural:
- Según Spotify, “Squabble Up” ha sido reproducida 20 millones de veces en los primeros tres días de lanzamiento.
- El mundo fue presentado a AzChike, Lefty Gunplay, Peysoh, y YoungThreat, entre otros. Junto con raperos de LA poco conocidos, Lamar también colaboró en tres pistas con la cantante de mariachi de 49 años Deyra Barrera.
- The New York Times, Rolling Stone, Pitchfork, y todos los demás han reaccionado con diferentes niveles de “es realmente, realmente bueno.”
Video viral de la semana: “Squabble Up”
Si piensas “realmente no me importa Kendrick Lamar”, lo siento, porque Kendrick también lanzó un nuevo video para la canción “Squabble Up” esta mañana, y es viral como H1N1: El video fue reproducido más de un millón y medio de veces en solo un par de horas. Como la música de Kendrick, el video, dirigido por Calmatic, es alegre, profundo, personal pero universal, enigmático, poderoso, y—mira, solo necesitas verlo. Está lleno de imágenes que piden interpretación, con referencias a bicicletas scraper, el álbum Power de Ice-T de 1988, el “scramble board” de Soul Train, el álbum Black Moses de Isaac Hayes de 1971, y unas 8,000 otras cosas que no soy lo suficientemente genial para reconocer. Espera meses, tal vez años, de interpretación, teorías y malas opiniones sobre este video. O simplemente asiente con la cabeza por unos minutos.
¿Qué significa “jugging”?
Cambiando de arte a jerga, veamos la palabra “jugging.” Significa robar. El término está ganando popularidad en TikTok junto con la jerga “-uzz” que ha estado afectando las mentes últimamente. Como la mayoría de la jerga actual, proviene originalmente de AAVE.
Esta semana en el actual contexto educativo
Ser educador nunca ha sido un trabajo fácil, pero debe ser particularmente difícil en el actual contexto cultural cuando hemos abandonado incluso el pretexto de preocuparnos por asuntos intelectuales, están hablando de abolir el Departamento de Educación, y los niños hablan en jerga. Pero mira el lado positivo, profesores: ¡pueden hacer memes divertidos al respecto! Know Your Meme ha recopilado 18 fotos virales de listas de palabras prohibidas en el aula. Todos los sospechosos habituales están aquí: Skibidi, rizz, gyatt, sigma, etc., y nos da una visión de los desafíos únicos de la educación en 2024.
La estafa de criptomonedas
Para cerrar, echemos un vistazo a una estafa con criptomonedas, ¿quieres? A principios de esta semana, un miembro de la Generación Z o tal vez de la Generación A decidió divertirse con el concepto colectivo de “valor” creando su propia criptomoneda. Esto lo puede hacer cualquiera con unos pocos cientos de dólares, y toma aproximadamente ocho segundos. No debería ser un problema porque una moneda digital no tiene valor a menos que otras personas crean que sí, así que crea todas las monedas meme que quieras, ¿qué puede doler? Este joven emprendedor, sin embargo, transmitió en vivo la creación de su moneda meme en el sitio pump.fun, y algo sobre él hizo que suficientes personas compraran su moneda para darle valor. Unas horas más tarde, el niño de la Generación Z vendió sus 51 millones de acciones por $30,000. Ganancia total: $29,600 por un par de horas de “trabajo”. Sin embargo, la única ganancia fue para el niño. Los otros “inversores” que pagaron por la moneda se quedaron con un paquete digital de monedas sin valor.
El “pump-and-dump” ha existido desde que existen los mercados, y esto no está ni cerca de ser el mayor “rug pull” en criptomonedas, pero es notable por la edad del estafador: lo suficientemente joven como para que sus transgresiones financieras supuestamente terminaran después de que alguien le dijera a su madre lo que estaba haciendo.
Quizás fueron los dos dedos del medio que el niño mostró en su transmisión mientras sacaba la alfombra de debajo de los inversores, pero la historia ganó suficiente tracción en el mundo de los “inversores de monedas meme” (¡una cosa real!) que la gente quería venganza. Junto con informar a su madre, los extraños de Internet compraron suficiente de la ahora inútil moneda para llevar el precio a la proverbial luna.
Las acciones originales del estafador habrían estado supuestamente valoradas en $4,000,000 si él se las hubiera quedado. ¡Eso le enseñará! Excepto que, si él hubiera mantenido las monedas, no habría habido narrativa de “el niño pequeño estafa a la gente; ¡vamos a por él!” para inflar su valor, así que no habría ganado dinero extra. De hecho, esa historia de “vamos a vengarnos” fue un “pump” mucho más exitoso que el esquema original del joven, lo que lleva a la especulación (en mi parte, de todos modos) de que el mayor “pump-and-dump” fue el objetivo desde el principio, y el “niño que robó el dinero” fue un distractor desde el inicio. No puedo soportar pensar en el mundo moderno más. Estoy buscando un témpano en el que pueda montarme para ir al océano ahora.
Fuente y créditos: lifehacker.com
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