Silencio en Cottman Avenue tras el accidente
Hay un silencio inquietante en Cottman Avenue mientras los filadelfianos intentan procesar lo inimaginable. Un profundo cráter en la carretera, escombros y varios vehículos quemados marcan la ubicación donde una ambulancia aérea se precipitó del cielo la noche del viernes. Es una zona densamente poblada, con fila tras fila de casas, todas sacudidas por el impacto, algunas chamuscadas por la bola de fuego que siguió.
Relatos de testigos del accidente
John Dolan escuchó el avión descender sobre su hogar y dice que la gente solo sobrevivió “por la gracia de Dios”. “La cantidad de personas en esta intersección tenía que ser mucha. La gente está parada, esperando este semáforo aquí debido al tráfico. La gente está regresando a casa, es viernes por la noche. Está alineada con coches aquí. Cómo no hay más personas muertas, no tengo idea”, dijo. Joseph Maiorano estaba detenido en el semáforo en rojo cuando el avión cayó menos de un minuto después de despegar. “Lo siguiente que sé, miro a mi izquierda, y hay esta gran explosión… Sentí el calor. Había como… una nube de fuego”, recordó.
Apoyo comunitario y víctimas
Un pequeño equipo de pastores comunitarios estaba yendo de puerta en puerta, ofreciendo apoyo a las personas traumatizadas por la tragedia en su puerta. No hubo sobrevivientes entre las seis personas a bordo del pequeño avión: dos pasajeros y cuatro tripulantes, todos ciudadanos mexicanos.
Impacto de la tragedia
En un giro trágico del destino, el paciente infantil a bordo regresaba a casa después de completar un tratamiento que salvó su vida en el hospital. Un hombre murió en un coche, y al menos 19 personas más resultaron heridas, incluyendo a un niño que ha tenido que someterse a una cirugía de emergencia. Hay un palpable sentido de shock e incredulidad aquí, una desconfianza compartida en toda América. Con más pasajeros aéreos por año que cualquier otro país, dos accidentes fatales en dos días han dejado atónida a esta nación.
Fuente y créditos: news.sky.com
Cats: