Un gato rescatado come la tarea de un estudiante
Un estudiante se encontró con una situación complicada después de descubrir que su gato rescatado había comido grandes partes de una tarea que debía entregar al día siguiente. La excusa del “perro comió mi tarea” es una de las más antiguas y menos convincentes en el ámbito educativo, con una historia que se remonta a más de un siglo. Según Slate, en 1905, una publicación de The Cambrian, una revista para estadounidenses de origen galés, incluía una anécdota sobre un sacerdote que, después de un servicio, se acercó a un secretario para preguntarle si su sermón había sido lo suficientemente largo. Cuando le dijeron que tenía “la longitud adecuada”, el sacerdote respondió: “Me alegra mucho oír eso, porque justo antes de venir aquí, mi perro se apoderó de mi sermón y se comió algunas hojas”. Desde entonces, esta expresión ha evolucionado para referirse a situaciones en las que un estudiante presenta una excusa mal elaborada para no entregar una tarea a tiempo.
La historia de Dario Barberi y Tilly
En este contexto, uno se pregunta qué pensaron los profesores de Dario Barberi cuando él se presentó con su propia historia. Barberi estudia en Emilia-Romaña, Italia, donde vive con su gato de dos años, Tilly. “La adopté en enero de 2023”, dijo a Newsweek. “Es muy juguetona y le encanta sentarse en mi silla”. Desafortunadamente, la naturaleza juguetona de Tilly le trajo muchos problemas recientemente. Un día, Barberi regresó a casa y descubrió que Tilly lucía culpable rodeada de restos de papeles que aparentemente había intentando comer. A su dueño no le molestaba que disfrutara de un poco de papel, pero rápidamente cambió de opinión al darse cuenta de que su mascota había estado comiendo su tarea. “La tarea debía entregarse al día siguiente”, admitió.
La reacción de Dario Barberi
Barberi se culpa parcialmente por lo sucedido. “Había dejado la tarea en el suelo al lado de la mochila”, dijo. “A ella le encanta jugar con papeles y trapos. Así que probablemente lo encontró y lo desgarró”. Lo que resultó especialmente frustrante para él fue que su gato eligiera jugar con sus papeles en lugar de con los juguetes que le había comprado, los cuales han estado prácticamente sin tocar. “No quiero ni pensarlo”, comentó Barberi. “Gastamos como 30 euros [$32.70] en rascadores y juguetes, y ni siquiera los ha mirado”. A pesar de la destrucción, es evidente que Barberi tiene dificultades para estar enojado con Tilly. Esto puede deberse a que ella tuvo un comienzo difícil en la vida. “Fue encontrada por un grupo de voluntarios local en un almacén abandonado con una grave infección abdominal”, comentó Barberi.
Afortunadamente, Barberi pudo rehacer la tarea después de que su profesor le otorgara una corta extensión. Dijo: “Por lo general, soy un estudiante muy aplicado y, por lo tanto, el profesor no dudó de mi excusa, especialmente porque entregué una nueva de todos modos”. Sin embargo, Barberi podría querer mantener las tareas fuera del alcance de Tilly, especialmente durante la hora de la cena.
Fuente y créditos: www.newsweek.com
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