Cambio Radical en Estados Unidos
Donald Trump quiere transformar radicalmente Estados Unidos y muestra poca consideración por sus oponentes políticos en el intento.
Desde que comenzó su segundo mandato como presidente, ha iniciado una serie de medidas que van desde cambios drásticos en la política migratoria hasta el desmantelamiento del aparato administrativo, que él desestima como el “estado profundo”.
Su enfoque, sin embargo, tiene precedentes históricos, dice Thomas Greven, un científico político del Instituto Kennedy en la FU Berlín. Greven señala al expresidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, un demócrata, quien diseñó su programa del New Deal en 1933 para ayudar a superar las consecuencias de la Gran Depresión. Poco después de asumir el cargo en marzo de 1933, Roosevelt aprobó una avalancha de nuevas leyes que transformaron al gobierno federal de EE. UU. en un actor clave para impulsar la recuperación económica. Esto marcó una ruptura radical con sus predecesores.
Reformas y Resistencia Judicial
Según Greven, “con el New Deal, Roosevelt decía que EE. UU. necesita un gobierno federal activo, que el estado debe intervenir activamente en recesiones y crisis”. Sin embargo, Roosevelt enfrentó inicialmente una feroz resistencia del poder judicial, el Tribunal Supremo.
El programa de emergencia de Roosevelt tenía como objetivo generar un impacto rápido durante la crisis económica mundial. Por ello, el presidente no siguió los largos procesos legislativos, utilizando en su lugar decretos presidenciales (órdenes ejecutivas) para implementar elementos clave de sus reformas. Inmediatamente después de asumir el cargo, por ejemplo, Roosevelt ordenó el cierre temporal de todos los bancos.
En tan solo 100 días, Roosevelt impulsó 15 piezas clave de legislación a través del Congreso, incluidos programas de bienestar social, reformas bancarias y medidas de creación de empleo. Esto sentó las bases para el punto de referencia de los 100 días por el cual los políticos de todo el mundo todavía son juzgados hoy.
Trump también está impulsando un cambio radical en sus primeros 100 días utilizando órdenes ejecutivas. Sin embargo, mientras Roosevelt fortalecía el estado estadounidense, Trump busca debilitarlo.
La Presión del Tiempo
Roosevelt tuvo que avanzar con sus reformas enfrentando una fuerte resistencia del Tribunal Supremo. Los jueces declararon varias medidas inconstitucionales, pero luego cedieron.
Los opositores de Trump también intentan emprender acciones legales contra varios de sus decretos. Sin embargo, Trump persigue un objetivo aún más ambicioso. Mientras Roosevelt estableció al gobierno federal como un actor económico activo, Trump intenta reestructurar radicalmente el poder ejecutivo con el presidente prácticamente como la única autoridad de control. Al hacerlo, se distancia de la línea del Partido Republicano.
A diferencia de Roosevelt, Trump no tiene que pelear contra un tribunal constitucional hostil, ya que en su mandato anterior instaló suficientes jueces conservadores que tienden a apoyar su agenda.
El tiempo también es un factor decisivo para el presidente Trump. Greven cree que Trump tiene poco menos de dos años para promulgar reformas fundamentales. “Si las instituciones democráticas siguen funcionando en 2026 o 2028, en particular si las elecciones pueden seguir realizándose de manera libre y justa, probablemente habrá una corrección, o al menos podría haber una corrección si la población dice: Esto realmente está yendo demasiado lejos para nosotros”.
¿Está Trump Siguiendo un Plan?
Por el momento, sin embargo, Trump puede contar con el apoyo del electorado. Se beneficia de una “fatiga democrática difusa” que prevalece no solo en EE. UU., dice Greven. Según él, hay una frustración generalizada de que un gobierno electo a menudo se ve frenado por diversos mecanismos constitucionales, sociales y legales.
“Estamos viendo una creciente disposición de los ciudadanos a abrazar una forma de democracia que describiría como hipermayoritaria”, dice Greven. “Trump quiere eliminar los obstáculos institucionales para la acción del gobierno, los controles y equilibrios”.
Uno podría llamar a esto una “revolución reaccionaria”, dice Greven, llevando a una reestructuración fundamental del estado con el objetivo de debilitar los mecanismos de control democrático y establecer estructuras autoritarias. “La única pregunta es hasta dónde llegará”.
Sobrepasando la Oposición
Para lograr este objetivo, Trump está utilizando algunos métodos que eran totalmente ajenos a sus predecesores. Uno de estos, etiquetado como “Inundar la Zona con Mierda” por el exasesor jefe de Trump, Steve Bannon, implica abrumar intencionalmente al público, los medios y oponentes políticos con acciones, declaraciones y escándalos.
Los demócratas han ajustado su estrategia en consecuencia y han reducido su resistencia política. “Creo que los demócratas han tomado una decisión muy consciente de no reaccionar a cada provocación que Trump hace, porque eso sería demasiado agotador”, dice Greven. “Es más probable que utilicen los tribunales, también con la esperanza de que haya un cambio de poder con las elecciones de medio término de 2026”.
Consecuencias Legales Anticipadas
Los comentarios contundentes de Trump, las constantes amenazas y numerosos anuncios pueden parecer a veces descoordinados para los de afuera. Sin embargo, Sascha Lohmann, un analista estadounidense del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP) en Berlín, cree que Trump sigue un mapa general.
“Trump está adoptando un enfoque muy maximalista en las órdenes ejecutivas”, dijo Lohmann. “Está tratando de impulsar tanto como sea posible. Por eso los decretos también tienen cláusulas de separabilidad, que dicen que si partes no se mantienen en la corte, entonces otras partes de estos decretos seguirán aplicándose. Por lo tanto, Trump ya está anticipando una reacción legal aquí”.
Trump está abordando temas que el Partido Republicano ha impulsado durante décadas: el desmantelamiento del estado administrativo, la represión de la inmigración y el refuerzo de la seguridad fronteriza.
“Nada de esto es nuevo en ese sentido”, dice Lohmann. “Es dramático y extraordinario cómo estas políticas ahora se están impulsando a través del proceso político”.
¿Tendrá Éxito Trump?
Si el enfoque de Trump será exitoso a largo plazo depende no solo de los tribunales, sino también de la dinámica política de los próximos años. Francia ofrece un buen ejemplo. En 2007, el presidente francés Nicolas Sarkozy inició una gran cantidad de reformas para abrumar a sus oponentes y crear una impresión determinada y proactiva. Sin embargo, su estrategia no fue particularmente exitosa. Muchos críticos vieron su enfoque como poco más que caos. Muchos de los proyectos de reforma de Sarkozy se quedaron a medio camino o fueron retirados más tarde.
Históricamente, la sobreexplotación del espacio político a menudo ha provocado reacciones en contra. Pero a diferencia de intentos anteriores, la agenda de Trump podría cambiar permanentemente la estructura democrática de EE. UU.
Fuente y créditos: www.dw.com
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