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    ¿Está la sangrienta guerra llegando a su fin? – DW – 02/04/2025

    Is the bloody war heading toward an end? – DW – 02/04/2025

    Últimos avances en el conflicto sudanés

    Los avances más recientes de las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) contra las fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF) en la capital sudanesa, Jartum, y la ciudad cercana de Omdurmán indican un cambio en el estancamiento amargo y sangriento que ha dominado los últimos meses de la guerra en Sudán.

    La semana pasada, el general Abdel-Fattah Burhan, que encabeza las SAF, regresó a la sede en Jartum por primera vez en casi dos años. A principios de enero, las SAF habían logrado recapturar la estratégica ciudad de Wad Madani, que se encuentra a aproximadamente 180 kilómetros al sur de Jartum.

    “Cuando Wad Madani cayó en manos de las fuerzas de Apoyo Rápido en diciembre de 2023, un shock recorrió todo el país”, dijo Hager Ali, investigadora del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área, a DW. “Los sudaneses perdieron la confianza en la capacidad de las Fuerzas Armadas Sudanesas, por lo que Wad Madani está grabado en la memoria de la gente como un momento crucial”, agregó.

    Las RSF habían quemado cultivos, arrasado campos y destruido equipos agrícolas. “Armas la hambruna contra el pueblo de Sudán para establecer control”, explicó Ali.

    La situación crítica en Darfur

    Desde la pérdida de Wad Madani, muchos de sus combatientes paramilitares se han replegado a la región occidental de Darfur, donde las RSF controlan cuatro de cinco distritos. “La cuenta regresiva para el fin de la guerra ha comenzado, el campo de batalla se ha trasladado a El Fasher, la capital de Darfur del Norte”, dijo Osman Mirghani, director del periódico sudanés Al-Tayar, a la radio DW.

    El Fasher ha estado bajo un asedio de las RSF desde mayo de 2024. Según estimaciones de la ONU, la situación humanitaria en Darfur se ha vuelto particularmente grave. Aproximadamente 1,6 millones de personas están desplazadas solo en Darfur del Norte, alrededor de dos millones enfrentan inseguridad alimentaria extrema, mientras que 320,000 ya se encuentran en condiciones de hambruna.

    Los civiles sudaneses en todo el país han estado sufriendo las consecuencias del conflicto, que estalló en abril de 2023 cuando el general Abdel-Fattah Burhan rompió relaciones con su antiguo vicegeneral, Mohammed Hamdan Dagalo, sobre la integración de las RSF en el ejército regular.

    Los enfrentamientos entre ambas fuerzas y sus aliados han causado la muerte de decenas de miles de civiles y han desplazado a más de 12 millones. Más de 30 millones de sudaneses, más de la mitad de ellos niños, necesitan ayuda humanitaria.

    Violencia y crímenes de guerra

    Esta semana, Volker Turk, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, advirtió que la “guerra sin sentido” ha tomado un “nuevo giro aún más peligroso para los civiles”. Esta declaración se produjo tras un incidente el pasado fin de semana, cuando las RSF mataron al menos a 54 civiles y lesionaron a más de 160 en un mercado de Omdurmán. Pocos días antes, al menos 70 personas habían sido asesinadas en un ataque de las RSF a un hospital en El Fasher.

    Hasta ahora, las RSF han negado cualquier irregularidad y en su lugar acusaron al ejército sudanés y sus aliados de atacar el hospital. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU también afirmó que estaba investigando “imágenes inquietantes que surgieron el 30 de enero, en las que hombres con uniformes de las SAF (…) parecen leer una lista de supuestos colaboradores de las RSF”, como si indicaran que llevaban un registro de individuos asesinados.

    Mientras se examinan las alegaciones en el video, Turk ha advertido que “tales asesinatos no deben normalizarse”.

    Sanciones y presión internacional

    Mientras tanto, después de casi dos años de advertencias, uno de los últimos actos de la administración saliente de EE. UU. bajo Joe Biden fue imponer sanciones a ambos generales. Las RSF bajo el mando del general Mohammed Dagalo, conocido como Hemedti, fueron acusadas de cometer genocidio, así como graves violaciones de derechos humanos. Las SAF bajo el general Abdel-Fattah Burhan fueron acusadas de ataques letales contra civiles y de socavar el objetivo de una transición democrática.

    Estas sanciones representan la intervención internacional más significativa hasta la fecha, según Leena Badri, investigadora del think tank Chatham House. “Para las RSF, las sanciones y la subsiguiente determinación de genocidio sin duda frustrarán el plan de Hemedti de desarrollar una administración civil en sus bastiones”, argumentó.

    Badri también indicó que “Burhan se ha beneficiado de su posición como líder de facto de Sudán, pero con las sanciones de EE. UU. impuestas tanto a él como a Hemedti, su estatus parecerá reducido”.

    Los observadores dicen que sin cortar el apoyo internacional a las SAF y RSF, ninguno de los generales tiene un incentivo para acabar con la guerra.

    A nivel internacional, se especula sobre el papel que jugará el presidente Donald Trump en su segundo mandato. Durante su primer mandato, Trump había retirado a Sudán de la lista de organizaciones terroristas de EE. UU. y había mediado un acuerdo de normalización entre Sudán e Israel a cambio de ayuda económica.

    Sin embargo, Badri no es muy optimista de que la presión de EE. UU. por sí sola pueda llevar a los generales en guerra hacia el fin del conflicto. “Ambos generales están más enfocados en asegurar más ganancias militares mientras sus fuentes de armas, fondos y apoyo siguen intactas”, explicó.

    Para la población sudanesa, la esperanza ahora radica en detener el suministro de armamento antes de que marquen por segunda vez el estallido de la guerra en abril.

    Fuente y créditos: www.dw.com

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