La Importancia del Reciclaje
El reciclaje es importante, sí. Pero también es absolutamente insuficiente para satisfacer nuestras necesidades. Tendemos a pensar en él como la mejor alternativa al uso de materiales vírgenes. De hecho, a menudo puede ser una de las peores opciones. Consideremos una botella de vidrio. Para reciclarla, debes romperla en pedazos, fundir esos fragmentos y moldearlos en una botella completamente nueva—un proceso industrial que requiere mucha energía, tiempo y gasto. O podrías simplemente lavarla y reutilizarla. Esa es una mejor alternativa—y no es una idea nueva. Durante gran parte del siglo pasado, las estaciones de servicio, los lácteos y otras empresas vendían productos en botellas de vidrio que luego recogían, lavaban y reutilizaban.
El Proceso de Refabricación
Reducir un teléfono, una batería de automóvil o un panel solar a sus metales constitutivos requiere mucho más energía, costo y, como hemos visto, mano de obra insegura que refabricar ese producto. Puedes comprar computadoras, teléfonos e incluso paneles solares reacondicionados en línea y en algunas tiendas. Sin embargo, la refabricación es realmente generalizada solo en el mundo en desarrollo. Si eres un norteamericano que ya no está satisfecho con tu iPhone 8, hay muchas personas en países menos afluentes que estarían felices de aceptarlo.
Nuevos Caminos y Desafíos
Hay lecciones importantes aquí, y quizás la más importante de todas es esta: A medida que miramos hacia el futuro, necesitaremos empezar a pensar más allá de simplemente reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables y aumentar nuestros suministros de materias primas. Más bien, tendremos que remodelar nuestra relación con la energía y los recursos naturales en su totalidad. Esto parece una tarea difícil, pero hay una serie de cosas que podemos hacer—como consumidores, como votantes, como seres humanos—para mitigar los efectos secundarios de nuestra carrera armamentista tecnológica.
Recursos Críticos del Futuro
A medida que avancemos, nuestros metales críticos provendrán de todo tipo de minas, chatarrerías y centros de reciclaje alrededor del mundo. Algunos surgirán de nuevas fuentes, utilizando nuevos métodos y tecnologías. Y las decisiones que tomemos sobre dónde y cómo obtenemos esos metales, y quién prospera y sufren en el proceso, son increíblemente importantes. Pero no menos importante es la pregunta de cuánto de todas estas cosas realmente necesitamos—y cómo reducir esa necesidad.
Somos afortunados en un aspecto: aún estamos al comienzo de una transición histórica a nivel mundial. La clave será averiguar cómo hacer que funcione sin repetir los peores errores de la última.
Este artículo está adaptado de Power Metal: The Race for the Resources That Will Shape the Future de Vince Beiser, publicado el 19 de noviembre por Riverhead (una imprenta de Penguin Publishing Group, una división de Penguin Random House, todos los derechos reservados).
Fuente y créditos: www.wired.com
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