No hay “re-lanzamiento”
No llame a esto un “re-lanzamiento”. Cuando la canciller se levante y entregue su esperadísimo discurso el miércoles, presentará una variedad de emocionantes esquemas para nueva infraestructura y reformas amigables con el crecimiento como parte de la estrategia económica de largo plazo del nuevo gobierno.
Desafíos económicos
Habiendo comenzado el trabajo de reparación de las finanzas públicas en el presupuesto de octubre pasado, este es, según Rachel Reeves, simplemente el siguiente paso. Sin embargo, el contexto para el discurso sobre el crecimiento de la canciller es, por decir lo menos, desafiante. La economía ha estado estancada, si no ha disminuido, desde que el Partido Laborista asumió el poder. La confianza empresarial y de los consumidores ha disminuido, y aunque no todo esto se debe a los mensajes desalentadores que emanan de Downing Street desde julio, parte de ello sí lo es.
Expectativas de las empresas
Aún así, independientemente de si esto constituye un cambio o no, la mayoría de las empresas darían la bienvenida a su entusiasmo por las reformas favorables a los negocios. Y la mayoría estaría de acuerdo en que facilitar la construcción de infraestructura (que es una gran parte de su propuesta) ayudará a mejorar el crecimiento.
Costo de la energía y niveles de impuestos
Pero no es todo. ¿Qué hay del hecho de que el Reino Unido tiene los costos de energía más altos del mundo desarrollado? ¿Qué pasa con el hecho de que estos costos probablemente aumentarán debido a las políticas de cero emisiones netas (incluso si eventualmente bajan)? ¿Qué hay del hecho de que los niveles de impuestos están a punto de alcanzar el nivel más alto de la historia, o que los niveles de deuda pública ahora están aumentando aún más rápido de lo esperado? Ninguna de estas situaciones es especialmente amigable para el crecimiento.
Desafíos de implementación
El mayor desafío al que se enfrenta la canciller, sin embargo, es que muy poco de lo que está hablando en su discurso es realmente nuevo. La mayoría de estos esquemas, desde el Arco Oxford-Cambridge (o lo que sea que lo llamen) hasta las múltiples nuevas pistas de aterrizaje planeadas alrededor de Londres, son muy, muy antiguos. Han sido planes durante años, si no décadas. Lo que ha faltado es la voluntad política y la determinación para convertirlos en realidad. El nuevo gobierno puede tener un mejor desempeño en la entrega, pero no será fácil. Y ninguno de estos proyectos generará crecimiento de inmediato. No será hasta algún momento después del final del parlamento que darán sus frutos adecuadamente.
Fuente y créditos: news.sky.com
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