Pat Kelsey y su visión para Louisville
LOUISVILLE, Ky. — Parecía perfecto, como un sueño robado … excepto por esa maldita pared de ventanas. Siempre he tenido un ojo para el diseño. Cuando su padre, Mike, excavó el patio trasero de la familia en Finneytown, Ohio, y derramó suficiente concreto para una media cancha de baloncesto, confió en Pat — un niño de nueve años — para pintar las líneas. Décadas después, cuando Kelsey obtuvo su primer trabajo como entrenador en jefe en Winthrop en 2012, una de sus primeras acciones “oficiales” fue invitar a un amigo carpintero a Rock Hill, Carolina del Sur, para remodelar las instalaciones de los Eagles (incluida la pintura del vestuario). Kelsey se enseñó a sí mismo Microsoft PowerPoint y otras herramientas de diseño gráfico, para hacer presentaciones personalizadas para reclutas — incluyendo, al menos una vez, una caja de anillo estilo propuesta.
Un nuevo comienzo para el baloncesto de Louisville
Cuando Louisville lo contrató como entrenador de baloncesto masculino, era evidente que Kelsey necesitaba un lugar para comenzar de nuevo. Tras las peores dos temporadas en la historia del programa — con un desastrozo récord de 12-52 — Louisville necesitaba a alguien con una visión más grande. Kelsey, que siempre ha tenido una idea clara de cómo deberían verse las cosas, se presentó como la opción ideal.
Un desafío de sonido en la nueva oficina
Sin embargo, no todo fue fácil. Desde la primera vez que vio su oficina en Louisville, le encantó. La imponente mesa de mármol negro, los sofás de cuero y especialmente la pared de puertas de vidrio corredizas que abren a un balcón en el segundo piso. Pero esa pared de vidrio resultó ser un desafío para el sonido, algo que Kelsey aprendió de la manera difícil cuando intentó descansar en su oficina, solo para escuchar el bullicio de la cancha de baloncesto cercana.
Restaurando el orgullo de la ciudad
El trabajo de Kelsey no solo consiste en ganar partidos; también es restaurar el orgullo perdido de una ciudad que amaba su equipo de baloncesto. Tras la salida de Rick Pitino y la falta de éxito en el programa desde entonces, Kelsey ha decidido aprovechar la pasión de los aficionados para convertir a Louisville en uno de los mejores lugares para el baloncesto universitario nuevamente.
Un comienzo prometedor
Los primeros retornos son prometedores. La esperanza ya no es solo un sentimiento abstracto; se ha vuelto cuantificable a través de donaciones de NIL y el entusiasmo de los aficionados. Desde que se anunció su contratación, la comunidad ha vibrado de expectación por el futuro del equipo de baloncesto.
“Louisville necesitaba un renacer”, dijo un exjugador, “y tener un cuerpo técnico ganador es el primer paso. Estamos todos hambrientos por traer a Louisville de vuelta a donde estaba.”
Fuente y créditos: www.nytimes.com
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