La Alianza entre Red Bull y Ford para la Fórmula 1
Este artículo es parte de nuestra serie de Historias de Origen, que ofrece una mirada interna a las historias de los clubes, pilotos y personas que impulsan el deporte. En ruta a Brasil, cerca del final de la temporada 2022, el jefe de Red Bull Formula One, Christian Horner, realizó una parada en Estados Unidos para una reunión que podría ser decisiva para el futuro de su equipo. Meses antes, las conversaciones para establecer una asociación con Porsche se habían desvanecido. Red Bull estaba deseoso de encontrar un nuevo socio fabricante que respaldara su programa de motores interno, Red Bull Powertrains, creado después de que Honda abandonara la F1 a finales de 2021. Horner se sentó en una oficina en la sede de Ford Motor Company en Dearborn, Michigan, para una reunión importante con Mark Rushbrook, el jefe de deportes de motor de Ford, que parecía ir bien. Sin embargo, esta reunión también involucró a Bill Ford, presidente de la compañía y bisnieto de su legendario fundador, Henry Ford, y Jim Farley, su presidente y director ejecutivo. Las apuestas eran mucho más altas.
Horner recordó en julio de este año: “Pensé que estábamos en buena forma cuando Jim llegó a la reunión con una gorra de Sergio Pérez. (Pensé) ‘¡OK, aquí estamos bien!’” Esto allanó el camino para que Red Bull y Ford acordaran una alianza que comenzará en 2026, cuando se introduzcan las nuevas regulaciones de motores de F1. Esta colaboración traerá de vuelta al gigante automotriz estadounidense a la parrilla de F1 después de más de dos décadas de ausencia. La participación más reciente de Ford terminó en 2004 cuando vendió su equipo Jaguar a Red Bull.
Controlando su destino
En octubre de 2020, solo 18 meses después de su primera carrera como socio de motores de Red Bull, Honda anunció que se retiraría de la F1 al final de la temporada 2021. La decisión sorpresiva, tomada para reducir costos y avanzar hacia la electrificación, dejó a Red Bull en una encrucijada. Intentar comprar motores a sus rivales F1, Ferrari o Mercedes, sería complicado. Volver a su socio anterior Renault no era una opción viable debido al bajo rendimiento de Renault desde 2014.
Entonces, ¿por qué no hacerlo solo? Red Bull comenzó a explorar lo que implicaría fabricar su propio motor para F1. Sería una inversión significativa, pero una que le daría a Red Bull control sobre su destino en lugar de depender de un socio que, como demostró Honda, podría salir de la F1 en cualquier momento. Horner dijo: “En última instancia, decidimos que, si vamos a hacerlo, mejor lo hacemos todo”. Aunque exitoso como equipo de F1, Red Bull no contaba con la capacidad técnica ni con la base de conocimientos existente de sus rivales para fabricar unidades de potencia. Se hizo evidente que era mejor estratégicamente asociarse con un fabricante de automóviles.
El momento adecuado para Ford
El atractivo de la F1 para los fabricantes aumentó significativamente para 2026. Las propuestas de regulaciones de unidades de potencia estaban alineadas más cerca con las tendencias automotrices globales a través de un enfoque mayor en la electrificación y combustibles totalmente sostenibles. Al mismo tiempo, el auge de popularidad fuera de las pistas hizo que su atractivo de marketing sea mayor que nunca. Mercedes y Ferrari ya estaban en la parrilla. Honda planeaba regresar con Aston Martin. Audi había anunciado una entrada para 2026. Ahora, Ford también quería unirse a la contienda.
Rushbrook comentó: “Cuando vimos lo que estaba pasando en la Fórmula Uno con las regulaciones técnicas, se alineó bien, brindándonos más oportunidades para contribuir y aprender sobre la innovación y la transferencia de tecnología”. Entonces, la cuestión era cómo Ford ingresaría a la F1. Exploraron múltiples opciones, incluyendo comprar un equipo, como lo hizo Audi con Sauber, o desarrollar una división de unidades de potencia desde cero. Ambos serían muy costosos, y las dificultades previas de Ford con la propiedad de Jaguar demostraron que administrar una operación de F1 no había sido su fuerte.
Una asociación en marcha
La primera unidad de potencia de Red Bull Ford no competirá en F1 durante otros 18 meses, pero eso no ha detenido a ambas partes de acelerar la asociación. La importancia de la revisión regulatoria de 2026 significa que ya es una prioridad para los fabricantes de F1. “Mientras que el 26, probablemente para los fanáticos, parece bastante lejos, estarás tomando decisiones para tus motores de carrera en los próximos meses”, dijo Horner.
Red Bull Powertrains ha estado creciendo rápidamente como resultado, con una significativa campaña de reclutamiento, incluyendo a varios empleados de programas de motores de F1 rivales, y la construcción de dos nuevos edificios en su campus de Milton Keynes completamente dedicados al programa de 2026. Aunque aún no hay una marca de Ford en el coche de F1 de Red Bull —los motores actuales son propiedad intelectual de Honda, y permanece un acuerdo técnico hasta finales de 2025— sus esfuerzos de marketing ya están en marcha. Max Verstappen y Sergio Pérez han participado en eventos de demostración conduciendo coches Ford.
El verdadero éxito de la asociación entre Red Bull y Ford se definirá en 2026, cuando una ventaja temprana en motores podría ser crucial. Horner reconoció que Red Bull y Ford enfrentarán un gran desafío para 2026, considerando la vasta experiencia de Mercedes y Ferrari en sus proyectos de F1. “Tenemos tres años de experiencia”, dijo Horner. “Pero tenemos una gran cantidad de pasión, grandes personas, grandes instalaciones, grandes socios, y toda la actitud que nos ha servido bien en las 120 victorias que hemos logrado hasta ahora”.
Fuente y créditos: www.nytimes.com
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