Nueva evidencia genética sobre la sociedad celta
Nuevas evidencias genéticas sugieren que los lazos familiares femeninos fueron centrales en las estructuras sociales de la Gran Bretaña prerromana, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la sociedad celta y su dinámica de género. Un análisis de ADN antiguo de un cementerio de la Edad del Hierro tardía en Dorset, al suroeste de Inglaterra, ha mostrado que las mujeres en estas comunidades estaban estrechamente relacionadas, mientras que los hombres probablemente eran forasteros, llegando a través del matrimonio. El estudio, publicado el miércoles en la revista Nature, examinó 57 tumbas de un sitio que data entre el 100 a.C. y el 200 d.C. y encontró que dos terceras partes de los individuos rastrearon su linaje a un único ancestro materno.
Importancia del hallazgo
El descubrimiento arroja luz sobre una práctica conocida como matrilocalidad, donde las mujeres permanecían dentro de sus comunidades maternas a lo largo de sus vidas, preservando fuertes redes familiares y potencialmente gestionando propiedades y tierras. En contraste, los hombres, a menudo forasteros en estas redes, dependían de las familias de sus esposas para obtener apoyo, tierra y sustento. Los expertos afirman que este patrón desafía las suposiciones convencionales acerca de las estructuras familiares en la antigüedad.
Un patrón poco común
Históricamente, tal patrón es raro. En la mayoría de las sociedades antiguas, los antropólogos han descubierto que las mujeres típicamente se unían a la familia de su esposo después del matrimonio, una tendencia que se mantuvo constante desde el período neolítico hasta la temprana era medieval. Este cambio también es evidente en sociedades preindustriales más recientes, donde los hombres generalmente permanecían con sus propias familias, uniendo a sus esposas solo en aproximadamente el 8 por ciento de los casos, según los expertos.
Conclusiones del estudio
Los hallazgos añaden matices a la comprensión de los roles de género en la Gran Bretaña de la Edad del Hierro, un momento en el que las tribus celtas, que hablaban lenguas estrechamente relacionadas y compartían prácticas artísticas y culturales similares, dominaban las Islas Británicas.
Los registros históricos, incluidos los de Julio César, han señalado durante mucho tiempo los roles distintivos que desempeñaban las mujeres en la sociedad celta, elogiando su independencia y habilidades de lucha, pero también reflejando el desprecio romano por estas normas culturales. Aunque el estudio no sugiere que estas comunidades celtas operaran bajo un matriarcado formal—donde las mujeres tuvieran poder político—los investigadores creen que los hallazgos apuntan a una sociedad donde las mujeres tenían una influencia sustancial sobre la propiedad y los recursos.
Lara Cassidy, genetista en el Trinity College de Dublín y coautora del estudio, comentó: “Este fue un hallazgo verdaderamente notable, algo que nunca se había observado antes en la prehistoria europea. Desafía las suposiciones previas sobre las estructuras de parentesco prehistórico.”
El coautor Miles Russell, arqueólogo de la Universidad de Bournemouth, afirmó: “La evidencia sugiere que las mujeres tenían un mayor control sobre la tierra y la propiedad de lo que se creía anteriormente. Esto hace que la Gran Bretaña celta parezca más igualitaria en comparación con el mundo patriarcal romano.”
El descubrimiento enfatiza el importante papel de las mujeres en la configuración del tejido social y económico de la Gran Bretaña de la Edad del Hierro, ofreciendo una perspectiva diferente para examinar la dinámica de género de las primeras sociedades europeas y allanando el camino para investigaciones futuras.
Fuente y créditos: www.newsweek.com
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