BOGOTÁ —
La región colombiana del Catatumbo enfrenta una grave crisis humanitaria, resultado de enfrentamientos entre el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC. En solo seis días, más de 33,000 personas han sido desplazadas, y al menos 80 han perdido la vida en esta ola de violencia que comenzó el 15 de enero.
Desplazamientos masivos y confinamientos
La violencia ha obligado a muchas familias a huir, creando un panorama desolador, con civiles escapando en camiones, motocicletas y botes. La Defensoría del Pueblo ha indicado que el número de desplazamientos podría ser incluso mayor. Carlos Charry, profesor de la Universidad del Rosario, destacó que la situación refleja la degradación del conflicto en la región.
El inicio del conflicto y un nuevo episodio de violencia
Catatumbo, una zona estratégica por sus cultivos de hoja de coca, ha sido históricamente objeto de disputa por grupos armados. Tras la firma de los acuerdos de paz de 2016, grupos disidentes como el Frente 33 han aumentado su actividad, enfrentándose al ELN. La reciente escalada de violencia inició cuando el ELN lanzó una ofensiva contra los líderes del Frente 33.
El gobierno busca una solución a la crisis humanitaria
El gobierno colombiano ha enviado refuerzos militares para garantizar la seguridad de los civiles y ha decretado el estado de conmoción interior. Sin embargo, analistas advierten que el Estado carece de la capacidad necesaria para enfrentar a los rebeldes en la región. Manuel Rayran, de la Universidad Externado de Colombia, comentó que el ELN ha perdido una oportunidad crucial para participar en un proceso de paz. La situación exige un esfuerzo integral del gobierno para abordar las necesidades de la población civil.
Fuente y créditos: www.vozdeamerica.com
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