China ha ejecutado a dos hombres responsables de dos ataques mortales ocurridos en una semana de noviembre del año pasado. Fan Weiqiu, de 62 años, mató al menos a 35 personas e hirió a muchas más al conducir su coche hacia un grupo de personas que se ejercitaban fuera de un estadio en Zhuhai, considerado el ataque más mortífero en suelo chino en una década. Días después, Xu Jiajin, de 21 años, asesinó a ocho personas e hirió a 17 más en un apuñalamiento en su universidad en la ciudad oriental de Wuxi.
Las autoridades informaron que Fan actuó por “insatisfacción” respecto a cómo se había dividido su propiedad tras su divorcio, mientras que Xu llevó a cabo su ataque tras “no haber logrado obtener su diploma debido a malos resultados en el examen”. Fan fue detenido en el lugar de los hechos el 11 de noviembre, donde se le encontraron heridas autoinfligidas. En diciembre, fue declarado culpable de “poner en peligro la seguridad pública”, siendo descrito por el tribunal su motivo como “extremadamente vil” y “los métodos” utilizados como “particularmente crueles”. Su ejecución el lunes se produce menos de un mes después de que un tribunal le condenara a muerte.
En el caso de Xu, la policía dijo que confesó su crimen “sin dudarlo” el 16 de noviembre. Fue condenado a muerte el 17 de diciembre, y se escuchó en el tribunal que las circunstancias de su delito eran “particularmente malas” y “extremadamente graves”. China ha estado lidiando con una serie de actos de violencia pública recientemente, y se cree que muchos de los atacantes han actuado impulsados por el deseo de “vengarse de la sociedad”, donde los perpetradores atacan a extraños debido a sus agravios personales.
El número de tales ataques en toda China llegó a 19 en 2024. Pocos días después de los ataques de Zhuhai y Wuxi, un hombre arremetió contra una multitud de niños y padres fuera de una escuela primaria en la ciudad de Changde, hiriendo a 30 de ellos. Las autoridades afirmaron que el hombre, Huang Wen, quería desahogar su ira tras enfrentar pérdidas en sus inversiones y conflictos familiares. Huang recibió una sentencia de muerte suspendida el mes pasado; esta podría convertirse en cadena perpetua si no comete otro crimen en los próximos dos años.
Fuente y créditos: www.bbc.com
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