Sentencia dura para Axel Rudakubana
Un tribunal en la ciudad inglesa de Liverpool condenó el jueves a un hombre a un mínimo de 52 años en prisión por los asesinatos de tres niñas que asistían a una clase de baile con temática de Taylor Swift. El juez Julian Goose describió como “malévolas” las acciones de Axel Rudakubana, quien ahora tiene 18 años y fue finalmente sentenciado en ausencia después de ser removido del tribunal en dos ocasiones por interrumpir la audiencia.
Impacto de los asesinatos en Reino Unido
Los asesinatos en la cercana ciudad de Southport causaron un gran impacto en Gran Bretaña, generando un descontento generalizado. El juez Goose afirmó: “Estoy seguro de que Rudakubana tenía una intención decidida de llevar a cabo estos delitos y que, de haber podido, hubiera matado a todos los niños [en la clase de baile], los 26 de ellos, así como cualquier adulto que se interpusiera en su camino”. Aclaró que, aunque no podía imponer una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, dado que Rudakubana tenía 17 años en el momento del crimen, es probable que nunca sea liberado y que permanezca bajo custodia durante toda su vida.
Confesiones y cargos adicionales
Rudakubana se declaró culpable el lunes de los asesinatos de tres niñas; Bebe King, de 6 años, Elsie Dot Stancombe, de 7 años, y Alice Dasilva Aguiar, de 9 años, en la ciudad costera de Southport. Además, se declaró culpable de 10 cargos de intento de asesinato en el ataque y de producir el veneno mortal ricina. También admitió la posesión de información que podría ser útil para una persona que comete o se prepara para cometer un acto de terrorismo, relacionada con un aparente manual de entrenamiento de al-Qaeda que fue encontrado en la casa que compartía con sus padres, originarios de Ruanda.
Comportamiento en el tribunal
Durante la audiencia, Rudakubana interrumpió repetidamente a la fiscal Deanna Heer, gritando: “Necesito hablar con un paramédico, me siento mal”. El juez se negó a suspender la sentencia y ordenó su remoción en dos ocasiones distintas. La fiscal expuso que los asesinatos no estaban inspirados en ninguna ideología política o religiosa, afirmando que “su único propósito era matar, y atacó a los más jóvenes y vulnerables para propagar el mayor nivel de miedo y rabia, lo que logró”. Se escuchó a Rudakubana decir tras su arresto: “Es una buena cosa que esos niños estén muertos… Estoy tan contento… tan feliz”.
Las protestas de la extrema derecha, impulsadas por desinformación en línea sobre un solicitante de asilo musulmán como responsable, desataron disturbios que duraron varios días. Las revueltas vieron a turbas de extrema derecha atacar a la policía, tiendas, hoteles que albergaban a solicitantes de asilo, así como mezquitas y una biblioteca. Cientos de participantes fueron arrestados y acusados. A pesar de que Rudakubana tenía 17 años al momento del ataque, las restricciones sobre la publicación de su nombre se levantaron en agosto ante preocupaciones sobre la difusión de información falsa. Su comportamiento en el tribunal ha sido descrito como poco cooperativo, rechazando hablar y declinando levantarse el lunes.
Fuente y créditos: www.dw.com
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