Medidas de seguridad en China tras ataques recientes
La gobernación china está intensificando las medidas para erradicar posibles alborotadores y suprimir el descontento social, después de una serie de masacres que han conmocionado al país y suscitado temores sobre la seguridad pública. La policía armada ha sido desplegada fuera de las escuelas, con bolardos erigidos cerca para evitar que los coches embistan a las personas. Los oficiales de policía han aumentado las patrullas en supermercados, atracciones turísticas y otros lugares concurridos, y han prometido regular mejor los cuchillos y otras armas.
Operación Invierno y reacción del gobierno
Este impulso de seguridad, que las autoridades en algunos lugares han denominado “Operación Invierno”, sigue una serie de ataques recientes que han puesto de nuevo el foco en la economía en dificultades de China. En noviembre, un conductor embistió a una multitud fuera de un centro deportivo en la ciudad de Zhuhai, matando al menos a 35 personas, el ataque más mortal en China en una década. Un apuñalamiento que dejó ocho muertos, y otro embestimiento de coche fuera de una escuela, siguieron poco más de una semana después. En los tres casos, los funcionarios afirmaron que los perpetradores estaban expresando insatisfacciones financieras.
Tras el ataque de Zhuhai, el líder de China, Xi Jinping, ordenó a los funcionarios que “previnieran estrictamente casos extremos”. Las autoridades de todos los niveles se han apresurado a cumplir.
Reforma y descontento social
Los conductores en los dos ataques con coche fueron condenados a muerte a finales del mes pasado, en juicios inusualmente rápidos que demostraron la determinación del gobierno de reprimir posibles imitadores. Proyectar estabilidad y control ha sido durante mucho tiempo una de las mayores preocupaciones del Partido Comunista Chino, su justificación implícita para limitar las libertades civiles de los ciudadanos. Sin embargo, esa preocupación se ha vuelto aún más central a medida que el alto desempleo juvenil, las ejecuciones hipotecarias en aumento y las relaciones internacionales deterioradas han alimentado la ansiedad generalizada sobre el futuro de China.
Las protestas públicas, mayormente relacionadas con problemas económicos como pérdidas de inversión o salarios impagos, crecieron un 18 por ciento en los primeros 11 meses de 2024, en comparación con el año anterior, según un seguimiento de Freedom House, un grupo de defensa con sede en Washington.
Precauciones durante la temporada de fiestas
Pero Beijing se ha mostrado reacio a fortalecer la red de bienestar social del país u ofrecer alivio directo sustancial a los consumidores. En su lugar, ha recurrido a tácticas más enérgicas para eliminar a aquellos con quejas. El gobierno central instó a los funcionarios a garantizar la estabilidad social durante la temporada navideña, diciendo en un aviso del 27 de diciembre que debían “realizar investigaciones exhaustivas sobre todo tipo de conflictos y riesgos ocultos y peligros”.
En Yinchuan, una ciudad en el noroeste de China, los oficiales de policía investigaron si hubo incidentes de acoso o disputas entre el profesorado o los estudiantes, según un comunicado de prensa. En Yancheng, en el este de China, la policía ha revisado bares de karaoke, viviendas de alquiler y hoteles en busca de posibles ociosos.
En una reunión reciente entre aldeanos y funcionarios del partido en la provincia central de Henan, la policía “anima a todos a informar activamente sobre cualquier conflicto y disputa que haya ocurrido en la aldea recientemente”. Bajo el mandato del Sr. Xi, el gobierno chino ha renovado los llamados a los residentes comunes para que se mantengan alerta entre sí.
Reacción de la sociedad ante la censura
La discusión sobre los ataques y sobre el descontento económico en general ha sido fuertemente censurada. Los familiares de las víctimas también han sido impedidos de hablar con periodistas. Economistas y comentaristas públicos han sugerido que el gobierno debería concentrarse más en aumentar la confianza del consumidor y ofrecer una protección más fuerte a las personas comunes contra las dificultades financieras. Las autoridades han reconocido esas demandas en ocasiones, como en sus promesas de combatir las deudas salariales de los trabajadores migrantes o proporcionar ayudas navideñas a las personas sin hogar o con discapacidades.
Este mes, muchos funcionarios públicos en todo el país descubrieron que habían recibido un aumento salarial sorpresivo, según discusiones en las redes sociales, aunque el gobierno no emitió ningún anuncio formal. Sin embargo, muchos llamados a reformas más sustantivas han sido censurados, considerados ellos mismos como amenazas a la estabilidad social.
“Deberían haber estado buscando qué fuerzas convirtieron a estas personas en bestias, pero en cambio se lanzaron a investigar a los ‘cinco tipos de perdedores’”, escribió Li Chengpeng, un experiodista chino prominente que ahora vive en el extranjero, en las redes sociales. Se refería a los avisos del gobierno local que circularon en línea dirigiendo a los funcionarios a vigilar a las personas que habían sufrido pérdidas, como de empleos o inversiones.
Aún así, la misma recesión económica que podría estar alimentando algunas quejas también podría dificultar el sostenimiento de las mayores medidas de seguridad. Muchos gobiernos locales ya se encuentran ahogados en deudas. Están bajo intensa presión ahora para responder al llamado del Sr. Xi de prevenir incidentes masivos, pero su dinero y mano de obra pronto estarán bajo tensión, dijo Hongshen Zhu, profesor asistente de la Universidad Lingnan en Hong Kong que estudia la gobernanza china. “Mientras no ocurran nuevos incidentes, la prioridad de la seguridad pública disminuirá para los gobiernos locales hasta que suceda la próxima protesta pública”, comentó.
Fuente y créditos: www.nytimes.com
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