Cambios en la API de Strava generan descontento entre los usuarios
Hace unos días, Strava generó malestar entre sus usuarios debido a cambios restrictivos en su API. Puede parecer extraño que los usuarios de una aplicación se molesten por una API, pero en el fondo está la complejidad inherente de los datos de fitness.
El dilema de la compatibilidad de datos
Imagina que te has comprometido con la plataforma de Garmin. Utilizas sus relojes para correr y entrenar fuerza. Luego, decides comprar una bicicleta Peloton para ciclismo indoor. Sin embargo, los dispositivos Garmin no son compatibles con las bicicletas Peloton porque ambas compañías no han llegado a un acuerdo directo para compartir datos. Así que, para obtener tu ritmo cardíaco en la bicicleta Peloton, compras una banda para el pecho. Luego decides entrenar para una carrera, así que te inscribes en una de esas plataformas de coaching digital, donde un entrenador personal revisa tus entrenamientos y te elabora un plan personalizado. El dilema es que ahora tienes tres aplicaciones separadas donde se almacena tu historial de entrenamientos, cada una con su propia interfaz, y ninguna de ellas tiene una visión completa de tu entrenamiento.
La solución a la fragmentación de datos
Existen varias maneras de consolidar esos datos, pero en este escenario, la más sencilla es subir todos tus entrenamientos a Strava y luego importar esos datos a la aplicación de coaching. Este tipo de situación ha surgido docenas de veces durante mis pruebas de wearables. Más recientemente, ocurrió cuando revisé una caminadora de escritorio conectada de Mobvoi. No me gustó su aplicación nativa, pero intentar transferir los datos a mis aplicaciones preferidas fue un verdadero dolor de cabeza. Al final del día, lo más fácil para mí fue hacerlo a través de Strava.
El impacto de los nuevos términos de la API
La realidad es que muchas aplicaciones de fitness más pequeñas y fabricantes de wearables no tienen los recursos para establecer integraciones directas de datos con las miles de aplicaciones y dispositivos de fitness en el mercado. Es mucho más fácil para todos utilizar la API de Strava y darlo por hecho. A diferencia de la API HealthKit de Apple o de Google Health Connect, Strava es independiente de la plataforma. Lo que se complica verdaderamente son las plataformas de fitness de terceros que extrapolan sus propias conclusiones de los datos de Strava, algo prohibido bajo los nuevos términos de la API.
Toma una plataforma de terceros como VeloViewer. La idea detrás de VeloViewer es ofrecer análisis más profundos de los datos de Strava, incluyendo mapas en 3D, gráficos, resúmenes de actividad anual y tablas de clasificación. Esta es una gran opción para quienes desean más información que la que está disponible de forma nativa en Strava, pero los nuevos cambios en la API afectan muchas de las características mencionadas. Como puedes imaginar, los usuarios de VeloViewer—muchos de los cuales afirman que solo pagan una suscripción de Strava para usar VeloViewer—están descontentos. VeloViewer ha emitido una declaración diciendo que está trabajando con Strava para resolver el problema, pero eso no cambia el hecho de que Strava tiene todas las cartas en la mano.
Es cierto que este es un problema de nicho. La mayoría de las personas utilizan una o tal vez dos aplicaciones de fitness con su smartwatch, y esto no es un gran problema. Pero para aquellos de nosotros que queremos la libertad de usar múltiples dispositivos y aplicaciones en varias plataformas, es un recordatorio contundente de que solo se necesita que Strava cambie las reglas para romper un sistema cuidadosamente elaborado.
Fuente y créditos: www.theverge.com
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