Donald Trump regresa a la presidencia de Estados Unidos
Donald Trump será una vez más el presidente de los Estados Unidos. No fue una victoria especialmente reñida, lo cual fue un shock, a menos que escuches a Theo Von, a los Nelk Boys, a Adin Ross, a Andrew Schulz o a Shawn Ryan. Y sí, Joe Rogan, pero él es el que definitivamente has oído mencionar.
Escucharás a muchas personas atribuir la victoria de Trump a todo tipo de razones: la fatiga por la inflación, el miedo a la inmigración, la desgastada determinación del presidente Biden de tener un último rodeo. Pero al menos parte de su victoria se debe a la “manosfera”, ese conjunto amorfo de influencers que son en su mayoría jóvenes, exclusivamente hombres y cada vez más los impulsores de la monocultura que queda en una sociedad en línea que ha estado fragmentada.
Fue en estos podcasts y transmisiones donde Trump pasó una cantidad desproporcionada de tiempo en las semanas finales de su campaña, y por buenas razones. La lista anterior —más Tucker Carlson— incluye a los cuatro podcasters más importantes en Spotify. Trump estuvo con todos ellos, a menudo durante horas, alcanzando a millones de personas conservadoras o apolíticas, consolidando su estatus como uno de ellos, un sigma, un tipo influyente, y la cima de un modelo de masculinidad que prioriza la fama como una virtud en sí misma. Para muchos jóvenes votantes que no prestaron atención en 2016 y 2020, una generación que en su mayoría obtiene sus noticias de los feeds de redes sociales en lugar de medios tradicionales, esta fue también su primera exposición real a Trump.
Trump utilizó estas apariciones en podcasts tanto para humanizarse como para mitologizarse. Las usó para blanquear sus posiciones extremas a través del filtro de “¿no puedes tomar un chiste?” que eleva a la fama a figuras como Tony Hinchcliffe. Lo más importante de todo, las utilizó para movilizar el voto.
Gran parte de esto sucedió en rincones de internet que muchas personas nunca han oído nombrar, y mucho menos visitado. Cuando piensas en Trump en su elemento, quizás pienses primero en los mítines, en las a menudo confusas oraciones de horas frente a discípulos cargados de camuflaje. Estos cumplen su propósito para ambos lados: Trump obtuvo la adoración en persona que anhela, y los demócratas “resistentes” pudieron reírse de las arenas medio vacías y de los movimientos de baile de septuagenarios.
Pero en 2024, gritar a unos pocos miles de verdaderos creyentes no se compara con ser ungido por Elon Musk en X y un grupo de influencers de derecha con seguidores colectivos en los cientos de millones.
Fuente y créditos: www.wired.com
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